martes, 25 de marzo de 2008

Picos medianos en Izki

El jueves de la Semana Santa quedamos Joserra que venia de Madrid, Tomás que iba ha hacer de cicerón y yo Jose Mari para ir a ver los picos medianos de Izki.
El punto de reunión fue Las Ventas de Armentia, donde también aparecieron Juanchu y Jose Eduardo Mateos. Los cinco tomamos camino hacia el corazón de Izki por la parte sur.
El día se presentaba estupendo, después de estar el día anterior lloviendo y con un pronóstico posterior muy malo.
En el camino encontramos un buen ejemplar de jabalí atropellado en la cuneta.
Y allí fuimos, a uno de los lugares donde Tomás conoce la existencia de una pareja de medianos. Nada mas llegar, por allí rondaban, pero no se dejaban ver, solo esporádicos vuelos de reconocimiento y algún reclamo lejano. Y después, nada.
Reyezuelo sencillo


Así estuvimos hasta con cuatro parejas distintas. Es decir estaban pero no las veíamos a placer
Eran las 12:30 h y solo sabíamos que estaban, pero no disfrutábamos de su visión. Poco después marchaban Eduardo Mateos y Juantxu, que se les acababa el tiempo de pajarear por ese día.
Ay, pero luego. Cuando llegamos al territorio de otra pareja. Eso si era disfrutar. Los pájaros revoloteando a nuestro alrededor, de árbol a árbol, volando por encima nuestro y reclamando sin cesar y no dos, hasta tres pájaros al mismo tiempo. No teníamos ojos para verles. Yo abandone el uso del teles, no quise sacar fotos, tampoco podía, pero con los prismas, mediano en esta rama, mediano en el tronco, ahora aquí, ahora allí, notando el cruce de la mirada entre el pájaro y yo, en una danza a nuestro alrededor que Tomás se desgañitaba apuntando el teles, en una posiciones inverosímiles, para pillarles y lo consiguió. Mientras Joserra con reflex y teleobjetivo los seguía entre las ramas y en vuelo. Estabamos en éxtasis, todos, pájaros y pajareros, durante los largos minutos que duró aquello, hasta que las aves abandonaron el lugar al ver que no éramos nada interesantes.
Trepador azul
Como descanso a tanto trajín, nos acercamos a una pequeña presa en el interior del bosque, para contemplar una pequeña nube de hirundidos, compuesta por aviones roqueros, golondrinas y los primeros aviones comunes del año. Allí también había anades reales, pato colorado, fochas, garzas, zampullines comunes, cormoranes grandes, cercetas comunes, porrón europeo y hasta un porrón pardo (bimbo). Pico mediano
Para terminar nos introdujimos en otros dos territorios de medianos, que pronto aparecieron. Otra vez tres aves. Y nuevo éxtasis. De nuevo nos sobrevolaban de cerca, posándose en árboles o ramas un instante, para volar al lado contrario, mientras chillaban ruidosamente. Observándolos, observándonos, seguramente mas ellos que nosotros, hasta que una de las partes decide abandonar el lugar (ellos) y nosotros también pues hay que regresar. Pero muy, muy satisfechos de gozar de estas aves tan escasas, que tienen su santuario en Izki.
Las fotos son del maestro Tomas, que hizo todo lo que pudo para fotografiar a estas nerviosas aves entre una maraña de ramas.

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