martes, 30 de diciembre de 2008

Alto Campóo: en busca de la Perdiz Pardilla

Montes de Alto Campóo. Foto Manuel Estébanez
El pasado 24 de diciembre, víspera de Navidad, quedamos Iván y yo con el campurriano Manu, quien tenía información fresca sobre la presencia de un bando de Perdices pardillas (Perdix perdix) en una braña de la comarca de Campóo. Después de una semana sin nevar, y con el calor del sol, la nieve ha empezado a dejar zonas despejadas que atraen como imanes a los animales que pueblan estos montes.





Perdiz pardilla (Perdix perdix). Foto Manuel Estébanez
A las 9:00 de la mañana recogimos a Manu en Nestares y nos dirigimos hacía Alto Campóo. Según ascendíamos por la carretera, la altura de la nieve era cada vez mayor. Dejamos el coche en un arcén libre de nieve y emprendimos el ascenso hacía la braña donde se habían visto las perdices los días precedentes. La caminata no era muy larga, unos 200 metros de ascensión, pero con nieve hasta la altura de la rodilla. Menos mal que las heladas de la última semana habían dejado la nieve bastante dura, pero así y todo nos quedamos atascados un par de veces, al menos Manu y yo, pues Iván con su peso más libiano no tenía tantos problemas para moverse.
Braña en Campóo. Foto Manuel Estébanez
Nada más coronar la loma, vimos un grupo de 6 Ciervos (Cervus elaphus) que pastaban en la braña. Tras observarlos durante un rato, empezamos a buscar a las perdices con el telescopio, pero ni rastro. Decidimos seguir ascendiendo un poco más para ver una braña situada algo más arriba.

Ciervo común (Cervus elaphus)
Al llegar, empezamos de nuevo un rastreo con el telescopio. Manu cansado de tanto mirar y no ver nada, decide asomarse a una zona que quedaba un poco tapada desde nuestra posición mientras Iván y yo proseguiamos con la inspección del terreno. De repente oímos un estruendo, y a Manu agitando los brazos. Eran 5 Perdices pardillas que le habían salido casi de los pies y se habían tirado ladera abajo.
Huellas de Perdiz pardilla (Perdix perdix)
Después de dedicar toda la mañana a buscarlas por la ladera cubierta de nieve, no hubo manera de dar con ellas de nuevo. Eso sí, encontramos numerosas huellas y cagarrutas de la especie por la zona.
Cagarrutas de Perdiz pardilla (Perdix perdix)
Además también encontramos numerosos rastros de otros animales impresos sobre la nieve. Pudimos reconocer las huellas de Liebre europea (Lepus europaeus), Garduña (Martes foina), Ciervo (Cervus elaphus), Corneja (Corvus corone) y Zorro (Vulpes vulpes), pero no la de una multitud de pequeños roedores.
Huellas de Liebre europea (Lepus europaeus)

Huella de Ciervo común (Cervus elaphus)

Huellas de Garduña (Martes foina)
Sobre las 13:00 decidimos abandonar la búsqueda de las perdices y bajar hacía una loma más despejada de nieve donde se habían arremolinado un grupo de Buitres leonados (Gyps fulvus) acompañados por un joven de Águila real (Aquila chrysaetos). En esta zona nos encontramos con dos grupos de Ciervos de 75 y 28 individuos cada uno.
Buitre leonado (Gyps fulvus). Foto Manuel Estébanez

Grupo de Ciervos comunes (Cervus elaphus)
Tras disfrutar de la hospitalidad de Manu y Marisa quienes nos invitaron a comer en su casa, decidimos cerrar el día dando una vuelta por el embalse del Ebro. El nivel de agua es muy elevado, por lo que quedan pocos prados donde puedan pastar los gansos, pero así y todo pudimos ver un total de 500 Ansares comunes (Anser anser) repartidos en varios puntos. Y como no, disfrutar de un viejo amigo Mochuelo (Athene noctua) que siempre sale a saludarnos en el mismo lugar.
Mochuelo europeo (Athene noctua)


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