Cuando cada fin de semana llego a mi casa en el Valle de Losa, lo primero que hacemos haga frío o calor es abrir todas las ventanas. Esta vez cuando abría una de ellas, vi un ave de cierto tamaño en un olmo que hace dos años se nos ha secado. Sin perder una décima de segundo, saco los prismáticos de mi mochila e incrédulo de lo que ven mis ojos, veo que es un Picogordo
Coccothraustes coccothraustes.
Coccothraustes coccothraustes.
Que hace este ave aquí? Es la primera vez que le veo en esta época en el pueblo. Los he visto a últimos de julio y aunque sospecho que puedan criar cerca, también los había dado como migrantes, aunque este por la fecha también lo puede ser.
Nervioso, saco a trompicones el trípode de la bolsa, el telescopio, la cámara, el disparador.... Compruebo que el bicho sigue en el árbol. Le encuentro con el tele, enfoco.......maldición un tractor baja por el camino y se acerca al olmo..... pongo la cámara....nooo, no entra el adaptador....coloco el disparadar electrónico y consigo meter el adaptador... miro la pantalla de la cámara y no veo mas que ramas. Levanto la vista y veo que el picogordo ya vuela asustado por el ruido del tractor que ya pasa por debajo de su posadero. Mecagüennnn
Con todo el artilugio montado y nada que fotografiar......... o no.
En la campa se mueve un Zorzal común Turdus philomelos, otro al que pocas veces veo aquí y cuando lo veo siempre en los arboles y bien escondido y hoy en la campa en la zona de campeo del Mirlo común Turdus merula.Pues toma fotos
En la campa que hay frente a lacas no faltan nunca las Urracas Pica pica y mas desde que dejo pan en la zona y ellas abusonas y maleducadas se lo llevan todo para esconderlo. Las he visto meterlo en grietas de los troncos y enterrarlo en el terreno, y les da igual si el pan está duro o no, cogen con el pico todos los trozos que pueden y se van a esconderlo para regresar en un rato.
Para los Petirrojos Erithacus rubecula una manzana de la temporada pasada es un manjar, y ellos curiosos enseguida se acercan a probar
Si están a cubierto se dejan acercar mas, ahora entregados a sus continuos trinos para marcar su territorio
Al día siguiente el radiante día estaba inundado de cantos de pájaros que ya empiezan a regresar de sus cuarteles de invierno. Poco a poco regresan. Hay multitud de inquietos Jilgueros, Verderones, Mosquiteros comunes, ya están en la zona las Golondrinas comunes, la Collalba gris, el Alimoche lleva ya dos semanas en la zona. Pero al que yo ya había oído la semana pasada y que quería ver es al Torcecuello Jynx torquilla. Y allí estaba frente a la ventana inspeccionando el hueco de un tronco. Lleva años mirando el hueco pero luego cría en otro lugar, incluso hasta en una caja nido que tengo yo en el olmo anterior.
Al principio las fotos tenían que ser algo lejanas, por eso de la desconfianza, pero poco a poco cada uno se dedica a lo suyo. El a marcar su territorio con el canto y yo a sacarle unas fotos. Unas veces en este árbol, otras mas allá, otras mas a la derecha, siempre sin salirse de unos límites. Mientras yo le esperaba con toda la monstruosidad del equipo y a pecho descubierto, hasta el punto de posarse a escasos diez metros de mi. Tan ensimismado estaba en su labor, que ni se movía del sitio durante ratos a pesar de moverme yo con el tele a su alrededor.
Después de tropecientas fotos me di cuenta de que había otros pájaros en la zona, que reclamaban mi presencia. Bueno eso creía yo, porque algunos ( muy tímidos ellos, no me dejaron sacarles ninguna foto)
Para los Petirrojos Erithacus rubecula una manzana de la temporada pasada es un manjar, y ellos curiosos enseguida se acercan a probar
Si están a cubierto se dejan acercar mas, ahora entregados a sus continuos trinos para marcar su territorio
Al día siguiente el radiante día estaba inundado de cantos de pájaros que ya empiezan a regresar de sus cuarteles de invierno. Poco a poco regresan. Hay multitud de inquietos Jilgueros, Verderones, Mosquiteros comunes, ya están en la zona las Golondrinas comunes, la Collalba gris, el Alimoche lleva ya dos semanas en la zona. Pero al que yo ya había oído la semana pasada y que quería ver es al Torcecuello Jynx torquilla. Y allí estaba frente a la ventana inspeccionando el hueco de un tronco. Lleva años mirando el hueco pero luego cría en otro lugar, incluso hasta en una caja nido que tengo yo en el olmo anterior.
Al principio las fotos tenían que ser algo lejanas, por eso de la desconfianza, pero poco a poco cada uno se dedica a lo suyo. El a marcar su territorio con el canto y yo a sacarle unas fotos. Unas veces en este árbol, otras mas allá, otras mas a la derecha, siempre sin salirse de unos límites. Mientras yo le esperaba con toda la monstruosidad del equipo y a pecho descubierto, hasta el punto de posarse a escasos diez metros de mi. Tan ensimismado estaba en su labor, que ni se movía del sitio durante ratos a pesar de moverme yo con el tele a su alrededor.
Después de tropecientas fotos me di cuenta de que había otros pájaros en la zona, que reclamaban mi presencia. Bueno eso creía yo, porque algunos ( muy tímidos ellos, no me dejaron sacarles ninguna foto)
El Escribano soteño Emberiza cirlus no es un migrador, pero sin duda muchos se escapan a otras zonas mas cálidas durante el invierno, apareciendo en el valle una buena población durante la primavera.
El Mirlo común Turdus merula es de los pocos que se atreven a pasar el invierno en esta zona
Otro recién llegado es el Colirrojo real Phoenicurus phoenicurus que acompañado de su hembra ya regentan un territorio, pero aun tienen que llegar mas parejas.
La abubilla ya lleva unos días en el pueblo y ya anda buscando un hueco donde criar, aun la veo sola pero pronto estará acompañada
Beleza! Essas imagens assim fazem bem aos nosso olhos cansados. Sentimos a natureza perto! um abraço,obrigado,chica
ResponderEliminarHas conseguido mi video soñado de torcecuello.
ResponderEliminarSaludos Juankar.
Hace años que no vivo en el Valle de Losa, aunque sigo acudiendo con cierta regularidad, cual es mi sorpresa al ver al articulo de Ruiseñores en el Valle de losa.
ResponderEliminarRecuerdo cuando llegaba la primavera y de vuelta en las noches de juerga podía oir el canto de un maravilloso pajaro, que aun siendo profamo en el asunto intuia que era, que tenía que ser el del Ruiseñor. No hace mucho tiempo que me recordaba mi sobrina como en esas noches solía despertarla para que escuchase el canto del ruiseñor.