LUNES, 11 DE MAYO DE 2009. VISITA A LA RESERVA ESTRICTA
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A las siete de la mañana empezamos a tomar contacto con la fauna polaca. Damos una vuelta por los bosques que rodeaban la casa rural y vamos anotando las primeras especies nuevas para nosotros, como Zarcero icterino (Hippolais icterina), y Mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix). En el interior del bosque vemos varias especies de páridos: Carbonero común (Parus major), Herrerillo común (Parus caeruleus) y Herrerillo capuchino (Parus cristatus) entre otros.
Zarcero icterino (Hippolais icterina) cantando
En un claro del bosque surcado por un pequeño riachuelo oímos Guión de codornices (Crex crex), tan próximo que parece que vamos a pisarle pero sin poder echarle el ojo en ningún momento. Lo mismo nos sucede con nuestro primer ejemplar de Ruiseñor ruso (Luscinia luscinia) que todavía se hará de rogar varias horas más antes de poder contemplarlo. Por la zona se mueve Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), Curruca zarcera (Sylvia communis) y Bisbita arbóreo (Anthus trivialis) con el incesante sonido de fondo del Cuco común (Cuculus canorus). Sobre las copas de las píceas vemos el trasiego de cuatro Oropéndolas (Oriolus oriolus) y en la zona del riachuelo oímos el reclamo de la Buscarla pintoja (Locustella naevia). De vuelta hacía la casa rural descubrimos nuestra primera Curruca zarcerilla (Sylvia curruca). Dentro del bosque se dejan ver los primeros mamíferos: Ardilla roja (Sciurus vulgaris), Ciervo rojo (Cervus elaphus) y Corzo (Capreolus capreolus) alegran nuestro paseo matutino. En las cercanías de la casa hay un gran movimiento de Zorzal real (Turdus pilaris), vemos alguna Abubilla (Upupa epops), Zorzal común (Turdus philomelos) y Zorzal charlo (Turdus viscivorus).
Zorzal real (Turdus pilaris)
Después del desayuno y cuando estamos preparando los bártulos en el autobús observamos en un vallado cercano Papamoscas gris (Muscicapa striata) y Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), así como un bonito macho de Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). Al lado del autobús nos entretenemos con un ejemplar de Ranita de San Antonio (Hyla arborea) mientras escuchamos un cercano Pito cano (Picus canus) al que no lograríamos echarle el ojo hasta el último día de nuestra estancia en esta casa rural.
Ranita de San Antón (Hyla arborea)
Una vez instalados en el autobús comenzamos con el plato fuerte de la jornada: Visitaríamos diferentes sectores del parque nacional, entre los cuales se encontraba la reserva estricta.
El Parque Nacional de Bialowieza fue constituido en 1921 y en 1996 sus límites fueron aumentados. Su extensión es de 1600 km², con el 45% en territorio polaco y el restante en Bielorrusia. Por tanto, se trata del bosque primogénio más extenso de Europa, donde el impacto humano se ha visto bastante reducido, existiendo una reserva estricta de 100 km², que protege las partes menos alteradas del bosque.
Bosque inundado en la Selva de Bialowieza
La selva de Bialowieza se trata de un bosque complejo donde dependiendo de la humedad y de la cantidad de nutrientes del suelo se van alternando las especies arbóreas. Así en los suelos más fértiles y secos se asientan los bosques mixtos que son los más extensos y los de mayor biodiversidad, formados por robles pedunculados y pinos silvestres, acompañados por álamos, abedules y abetos. También existen abetales, alisedas, abedulares y caducifolios formados por robles, carpes y tilos.
Bosque mixto de carpes y robles pedunculados
Durante la jornada visitamos diferentes lugares en busca de los pícidos, pudiendo ver Picamaderos negro (Dryocopus martius), Pico mediano (Dendrocopos medius), Pico picapinos (Dendrocopos major) y Pito real (Picus viridis) de la subespecie viridis. También pudimos escuchar a varios Pitos canos (Picus canus) , pero no se dejaron ver. Además observamos Piquituerto común (Loxia curvirostra), Lúgano (Carduelis spinus), Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) y Agateador norteño (Certhia familiaris), además de Papamoscas gris (Muscicapa striata), Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y el para nosotros deseado Papamoscas collarino (Ficedula albicollis).
Papamoscas collarino (Ficedula albicollis) macho
Luego buscamos a las Águilas pomeranas (Aquila pomarina) en diversos claros del bosque, pudiendo observar varios ejemplares, junto a alguna Cigüeña negra (Ciconia nigra), Grulla común (Grus grus) y el vuelo constante sobre el carrizal de una pareja de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), acompañados del sonido de una Buscarla unicolor (Locustella luscinioides) que era coreada por un grupito de Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus). Cruza la carretera y se pone a reclamar en un árbol cercano un Cuco común (Cuculus canorus).
Águila pomerana (Aquila pomarina). Foto Álvaro Rodríguez Pomares
Comemos en una especie de merendero próximo al Centro de Interpretación de la Selva de Bialowieza. Antes de comer damos una pequeña vuelta por un estanque anexo donde disfrutamos de una Curruca zarcerilla (Sylvia curruca) y Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus).
Curruca zarcerilla (Sylvia curruca). Foto Álvaro Rodríguez Pomares
Por la tarde, Félix y Marta quedaron con un guía de la reserva estricta, Arek, quien nos condujo por el bosque. En la entrada nos contó a groso modo la historia y avatares que ha tenido esta reserva.
Escuchando a Arek a la entrada de la reserva
A cada paso que dabamos, Arek nos contaba algo sobre el bosque, bien de su historia, de sus inquilinos y hasta anécdotas de los turistas que lo visitan. Aquí dentro, rodeados de árboles milenarios, de tallas enormes y de un sotobosque escaso que te permite ver un mar de troncos, el tiempo se detiene y a pesar del sol que hacía, la luz era ténue debido a la gran cantidad de hojas que tiene que atravesar y gracias a ello el ambiente fresco. Todos salimos con la sensación de haber estado en un sitio único y de haber hecho un viaje en el tiempo.
Vista de un rincón de la reserva estricta
Aquí también disfrutamos de sus moradores, como el Picogordo (Coccothraustes coccothraustes), el Pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) de la subespecie leucotos cuyo dorso blanco no está vermiculado, una pareja de Pico mediano (Dendrocopos medius) entrando al nido, un Papamoscas collarino (Ficedula albicollis), un Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) y en un momento que Arek nos estaba dando una de sus maravillosas explicaciones Juanma divisó un Topillo rojo (Clethrionomys glareolus). También aprovechamos para ver y fotografiar a otros seres menos conocidos de la Selva, como este hongo que convenientemente preparado tiene un delicioso sabor a pechuga de pollo.
Leptoporus sulfureus
Por doquier encontrabamos marcas en los árboles producto de la laboriosidad de los pícidos en busca de sustento, como estas representativas señales del paso de un Picamaderos negro (Dryocopus martius).
Marcas dejadas por un Picamaderos negro (Dryocopus martius)
Luego Arek nos llevó a otro punto de la selva para intentar ver el Mochuelo alpino (Glaucidium passerinum). Tras esperar durante más de una hora, no hubo suerte a pesar de que el guía con sus silbidos lo intentó una y otra vez, nos tuvimos que ir de vacio ya que el sonido del Cárabo europeo (Strix aluco) dieron al traste con nuestras esperanzas ya que su sonido era motivo suficiente para que el pequeño Mochuelo supiese que en esa zona del bosque corría peligro. Así y todo pudimos ver una pareja de Chocha perdiz (Scolopax rusticola) ejecutando en el aire la parada nupcial.
Con un primer día cargado de emociones y de la observación de varias especies nuevas nos retiramos a cenar y descansar a la casa rural, cerrando así la jornada y este primer capítulo de nuestra estancia en tierras polacas.
Interesante primer día. Menudo listado de picos, ya me gustaría.
ResponderEliminarEspero siguientes subidas.
Qué pasada de viaje! Me gustaría mucho hacer uno así.
ResponderEliminarDebe ser algo grande poder ver todos esos pícidos, zarcero icterino, papamoscas collarino, mosquitero silbador, curruca zarcerilla, etc. (lo digo porque no he visto ninguno de estos).
Muy chulas las fotos.
Yo también espero más.
Lo de la gineta me tiene flipao! yo no sé cuántas veces la he visto salir ya del tronco.
ResponderEliminarVoy a ver si no me despista más y me deja leer la crónica del primer día en Polonia que por los comentarios parece que está muy bien.