Como ya se va haciendo costumbre, una salidita al año, a Cáceres, no hace daño. Este año nos hemos ido en noviembre. Las circunstancias obligan y hay que aprovechar lo que hay. Allí fuimos Mila, Juani, Javi y yo.
Este mes nos parecía un poco pronto de fechas, pensábamos que no habrían llegado una cantidad suficiente de aves para ver, pero que equivocados estábamos.
Llegamos a Monfragüe, un lugar inmejorable para la observación de las aves y viendo las evoluciones de los buitres leonados vimos a uno que estaba anillado. Seguimos su vuelo hasta que se posó. Gracias al número de su anilla sabemos que se soltó procedente del Centro de Recuperación de Sierra de Fuentes (Cáceres) el 2 de septiembre de 2005, habiéndose recogido con desnutrición como pollo ese mismo año. Se le soltó en Cerro El Borril.
Y ahora aquí le tenemos delante nuestro después de 4 años de vuelos.
No tardaron en aparecer sus primos, dos buitres negros que se posaron en lo alto de una roca para mejor pose.
También vimos cormoranes grandes pescando en el río. Rabilargos, Aviones roqueros, currucas capirotadas y al roquero solitario.
Al poco rato hizo su aparición una cierva en la orilla del agua, el tiempo suficiente para sacarle una foto, después desapareció en la espesura.
Cierva
Pero aquí las sorpresas son constantes, cuando a media altura y sobre el río aparece expléndida un águila imperial, que se nos acerca deleitándonos con su majestuoso vuelo de reconocimiento.
Águila imperial
Ya parecía que todo se había calmado, lo que había que ver ya estaba visto. Sin embargo había que hacer una revisión en la orilla para tratar de descubrir de nuevo a la cierva.
Mientras miraba con los prismáticos en el mismo lugar donde habíamos visto a la cierva, algo se movió. Un lomo ondulado salía de entre las ramas semi-cubiertas del río.
La nutria?.............nooo.......que va.......
Uhmmm.......ese pelaje........esa cola.......... es..... es.....
un meloooooooónnnn
Meloncillo
No nos lo podíamos creer un meloncillo a pleno día y delante de nuestras narices, que se recorrió toda la orilla en busca de algún bocado. Y lo encontró.
Aunque se alejaba, lo pudimos ver recorrer toda la orilla hasta desaparecer.
Meloncillo
Una hora mas tarde volvió y aunque estuvo menos tiempo visible, todavía pudimos disfrutar de su visión
Meloncillo
Meloncillo
La tarde caía y al mismo tiempo que las sombras recorrían las dehesas comenzaron a aparecer mas ciervos.
Ciervo común
Allí aguantamos hasta oscurecer, aun queríamos oír el lúgubre canto del búho real, pero esto no ocurrió.
Al día siguiente quisimos ver otras zonas de Monfragüe pero el fuerte y desagradable viento que hacía nos hizo desistir, y nos fuimos a un embalse cercano.
Mas protegido, se podía estar. En el pudimos observar ánades azulones, ánades frisos, porrones europeos, cercetas comunes, agachadizas comunes, archibebes claros, andarríos grandes, zampullines comunes, cogujadas comunes , cernícalo vulgar y muchos jilgueros.
Recorríamos la orilla cuando en un barrido con el telescopio en busca de más anátidas, sobre una roca vemos dos nutrias jugando.
Otra visión mas amplia y vemos otras dos en el agua. Cuatro nutrias juntas.
De pronto todas se lanzan al agua y medio jugando, chillando y surfeando se acercan a nosotros. Están pescando. Pez que pillan, pez que se comen sobre el agua.
Una se vuelve a su roca mientras las otras se alejan de nosotros remontando el embalse hasta perderlas de vista.
Mientras el grupo desaparecía de nuestra vista, otra sobre la roca se limpiaba el pelaje, para satisfacción de nuestro ojos.
En el camino de retirada pudimos ver tanto sus restos como sus huellas en las orillas del embalse.
Antes de anochecer cuando cruzábamos un puente sobre el río Almonte, donde paramos para admirar el bonito paisaje que forman el tajo del río y sus antiguos puentes sobre el río, pudimos ver el vuelo rápido de los vencejos reales, que en grupo de veinte, aun se resistían en dejar esta tierras. También había multitud de aviones roqueros en el puente nuevo.
Y como no, otra nutria en el río, a donde bajamos rápidamente para verla de cerca. Pero que ilusos, cuando llegamos a la orilla, ya había desaparecido. En el camino de bajada se vieron collalbas negras.
El siguiente día lo dedicamos a la visita del embalse de Los Canchales, donde ya descansaba un nutrido grupo de grullas
En los campos secos de alrededor cazaba el alcaudón real de la raza meridional. También vimos algunos sisones
En las orillas alrededor del embalse, entre un buen grupo de avefrías comunes, pudimos identificar a una avefría sociable. Ave asiática muy rara en estas latitudes, pero que otras de su misma especie se pudieron ver en los mismos días en Girona y en Sevilla, además de esta en este embalse de la provincia de Badajoz.
Otros limícolos que se pudieron ver fueron los chorlitejos grandes, correlimos menudos y chorlitos dorados
Al siguiente día nuestros recorridos iban dirigidos a las cercanías del embalse de Sierra Brava. Antes de llegar la presencia de avutardas en la zona nos hizo parar.
Allí estaban, relativamente cerca, insolentes, sabedoras de su críptico plumaje que las disimula en los desolados campos donde viven. A pesar de todo mantienen siempre una distancia prudencial, alejándose con un paso lento pero pausado.
Cuando acabaron los terrenos esteparios comenzaron las dehesas y allí ya estaban las grullas que han llegado este año a pasar su invierno en estas tierras.
Nos sorprendió la gran cantidad de abubillas que se veían por todas partes, retrasadas en la migración o es que ya no migran
En otras zonas esteparias encontramos un grupo de mas de trescientos sisones, casi invisibles en el paisaje donde se mueven. Su vistoso plumaje de cerca, en nada destaca en la distancia, pasando inadvertidos, y solo descubiertos bajo una atenta mirada a traves del telescopio. Aun así, se mueven caminando lentamente, para mantener una gran distancia con el posible observador observado.
Cuando acabaron los terrenos esteparios comenzaron las dehesas y allí ya estaban las grullas que han llegado este año a pasar su invierno en estas tierras.
Nos sorprendió la gran cantidad de abubillas que se veían por todas partes, retrasadas en la migración o es que ya no migran
En otras zonas esteparias encontramos un grupo de mas de trescientos sisones, casi invisibles en el paisaje donde se mueven. Su vistoso plumaje de cerca, en nada destaca en la distancia, pasando inadvertidos, y solo descubiertos bajo una atenta mirada a traves del telescopio. Aun así, se mueven caminando lentamente, para mantener una gran distancia con el posible observador observado.
Después nos acercamos hasta el embalse de Sierra Brava, donde nos sorprendimos de la enorme cantidad de patos que había. Toda la orilla a su alrededor estaba repleta de ellos. En un momento dado comienzan a llegar por el horizonte una hilera de grupos de patos, que se podían medir por kilometros. Cuando terminaron de posarse sobre el agua, toda su superficie estaba tachonada de minusculos puntos negros. Entre los que había en las orillas y los de la superficie del agua se podian contar varios miles de patos. La gran mayoría ánades reales, también había bastantes ánades rabudos, anades frisos y algún silbón, cucharas, somormujos lavancos, una treintena de ansares comunes y una avoceta.
ánades en el embalse de Sierra Brava
Nuestra siguiente visita iba a ser en unos campos cercanos, en los alrededores de Casas de Hitos. Aquí las grullas campeaban por doquier. Lo mismo estaban en zonas adehesadas de encinas que en campos de cultivo de arroz o campos de barbecho.
En el cielo son frecuentes los vuelos del Elanio Azul
La tarde caía lentamente y el aire se llenaba de los cantos atrompetados de las grullas que poco a poco se acercaban a la zona que iban a usar de dormidero.
A medida que oscurecia llegaban mas y mas grullas. Por todos los lados del horizonte se veian grandes cordales e hileras de grullas y la gran mayoria se dirigian en nuestra dirección.
Llegado el momento, cuando la tarde daba paso a la noche, el espectaculo era impresianante. El trompeteo de cientos de grullas nos envolvía, el horizonte se oscurecia aun mas con la llegada de mas grupos. Pasaban por encima, por la izquierda, por la derecha, un continuo trasiego que duro hasta despues de apagarse las últimas luces.
La noche nos envolvia y los gritos lejanos continuaban, pero teniamos que dejar el lugar. Era nuestra despedida. Los dias de vacación se habían acabado. Satisfechos de los dias pasados en esta tierra y de las observaciones realizadas, ya hacemos planes para regresar otro año a esta tierra extrema y dura que sin enbargo nunca defrauda.
Siempre que apareces traes excelentes visiones, y viniendo de Extremadura no iba a ser la excepción, nutrias, grullas, elanio,Ag imperial...vamos un lujazo de observaciones,
ResponderEliminarPero que ya van siendo habituales, tras tu migración otoñal, y esta vez además te traes nada más y nada menos que un meloncillo, vamnos que tu si que sabes aprovechar el otoño
saluddddddd
Yo quiero ir, me faltan los BIMBOS extremeños. Y los de pelo, que ganas les tengo. Los fotos de grullas en vuelo preciosas, sobre todo el cielo dorado, una preciosidad.
ResponderEliminarLa próxima de avisas.
Saludos Juankar.
Impresionante, Jose Mari. Te has traido la colección completa, excelente repertorio de la fauna extremeña. Y la visión del Meloncillo tuvo que ser expectacular, yo solo lo tengo visto fugazmente (excepto una vez que había uno atropellado en la carretera), así que observarlo durante tanto tiempo a su aire debe ser inolvidable.
ResponderEliminarEnhorabuena. Josemi