El 1 de agosto tras salir de trabajar me fui hasta Santoña a dar una vuelta y ver como evoluciona la marisma, bastante apagada por estas fechas. A media tarde empezó a llover con fuerza, así que decidí capear el aguazero refugiado en el observatorio de La Arenilla.
Cuando la lluvía empezó a amainar, ya casi decidido a abandonar el lugar y seguir el periplo, de repente algo se movió fugázmente entre las rocas que quedan a los pies del hide. Tras unos segundos de espera, vuelve a salir despejando las dudas. Se trataba de una Comadreja (Mustela nivalis).
Se mueve rauda entre las piedras en busca de su presa favorita, los roédores, y más en concreto las Ratas (Rattus sp.). Entra y sale de las madrigueras de estos animales como un relámpago. En algunas ocasiones se detiene un momento para observar el entorno e intentar percibir los ruidos que puedan hacer sus presas. Pero ni el conejito de duracell tiene tanta energía, pronto vuelve a la tarea.
Llega a estar tan debajo del hide que sus pequeñas ventanas a veces me impiden verle a través del visor de la cámara. Toda una gozada ver a este diminuto depredador en plena labor.
Aupa Juanma, menuda suerte la tuya, sino llueve te quedas sin comadreja. Cada día tenemos mas bichos con pelo en el blog.
ResponderEliminarSaludos Juankar.
Me estoy imaginando lo gracioso que hubiera sido verte desde fuera del observatorio. Con medio cuerpo asomado por la ventana y con el bazoka persiguiendo al mustélido correteando.
ResponderEliminarPero que potra tenerla tan cerca.
Para no asustarla, nunca saque la cabeza por las ventanas, de ahí que a veces no pudiera verla. Eso sí, me movía de una a otra ventana, casi tan rápido como ella
ResponderEliminarPreciosa captura. Me encanta, eres n crack. Saludos.
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