El pasado mes de Agosto pasamos diez días en el entorno de Tarifa. Nunca habíamos estado en la zona anteriormente y lo menos que podemos decir después de conocerlo es que la ornitología alcanza allí otra dimensión. Javier Elorriaga, amigo que se encuentra trabajando en El Migres, se portó como un excelente anfitrión y estuvo en todo momento pendiente de nosotros tanto a nivel ornitológico, proporcionándonos información actualizada de cuanto se cocía en el área del Estrecho, como humano, recomendándonos pueblos, restaurantes, playas y compartiendo con nosotros algún que otro refrescante mojito en algún patio escondido entre las angostas callejuelas del pueblo viejo de Tarifa. Aprovecho el blog para agradecerle su hospitalidad y confirmarle que volveremos, esperemos que no tardando demasiado, por allí.
Desde el punto de vista logístico un escueto apunte. Nos instalamos en el cercano y recomendable camping Tarifa a escasos kilómetros del pueblo. El camping está situado bajo un denso pinar que mantenía una agradable temperatura en la zona de tiendas durante todo el día, tiene salida directa a la playa de Los Lances y se encuentra a menos de 5 minutos de La Peña, una pared de roca donde suele citarse el Buitre Moteado (Gyps rueppellii).
El día 20/08 llegamos a Tarifa. Habíamos terminado de montar la tienda y recibimos la llamada de Javi. Durante su jornada de trabajo había descubierto una carroña y numerosos buitres se estaban congregando entorno a ella. Era una ocasión inmejorable para intentar ver algún Buitre Moteado. Vino a buscarnos al camping porque el acceso al sitio era imposible sin un todoterreno. Al llegar allí un grupo de Buitres Leonados (Gyps fulvus) rodeaba el cadáver. Más alejados, a media colina, otro grupo simplemente observaba desde la distancia. El fuerte viento de levante azotaba el telescopio y la observación se tornaba complicada. Además la hierba alta ocultaba a los buitres más cercanos a la carroña y a duras penas lográbamos ver algo más que las cabezas.
El entrenado ojo de Javi no tardó en dar con el deseado Buitre Moteado. En el grupo que pacientemente descansaba a media colina se encontraba un ave juvenil. Casualmente fue el único ejemplar que despegó para acercarse a la carroña lo que nos permitió verlo perfectamente en vuelo mostrándonos las partes inferiores de las alas para confirmar todas las características explicadas en las guías. Intentábamos localizarlo entre las hierbas y las cabezas de los otros buitres, lo que conseguíamos de vez en cuando y sólo brevemente. Finalmente voló de nuevo y quedó descansando solitario entre los dos grupos de buitres. El Sol se ponía y decidimos abandonar el lugar con un bimbo en el zurrón nada más aterrizar en Tarifa.
El entrenado ojo de Javi no tardó en dar con el deseado Buitre Moteado. En el grupo que pacientemente descansaba a media colina se encontraba un ave juvenil. Casualmente fue el único ejemplar que despegó para acercarse a la carroña lo que nos permitió verlo perfectamente en vuelo mostrándonos las partes inferiores de las alas para confirmar todas las características explicadas en las guías. Intentábamos localizarlo entre las hierbas y las cabezas de los otros buitres, lo que conseguíamos de vez en cuando y sólo brevemente. Finalmente voló de nuevo y quedó descansando solitario entre los dos grupos de buitres. El Sol se ponía y decidimos abandonar el lugar con un bimbo en el zurrón nada más aterrizar en Tarifa.
Foto3. Buitre Moteado (Gyps rueppellii) en Tarifa.
Pasaron varios días y muchos buitres y rapaces hasta que localicé otro Buitre Moteado. El día 25/08 madrugué para acercarme a La Peña. Ese día la fortuna estaba de cara. Repasando los buitres que habían pasado la noche en las paredes de roca no tardé en ver uno algo más pequeño y oscuro que el resto.
Vídeo1. Buitre Moteado (Gyps rueppellii) en La Peña.
Una detallada observación me permitió confirmar que se trataba de un ejemplar juvenil. La falta de las primarias P5 en ambas alas permitía afirmar que se trataba de un ejemplar diferente al observado el día 20/08 ya que aquel no presentaba dicha muda. Estuve esperando hasta que se decidió a dar el salto al vacío que le pusiera en marcha en su diaria búsqueda de alimento.
No volvimos a ver más buitres de esta especie el resto de días que estuvimos por la zona, pero con dos ejemplares diferentes estábamos más que satisfechos. Sin embargo sí vimos muchísimas rapaces y vencejos de toda clase y condición. Pero eso lo dejaremos para la siguiente entrada.
bonita entrada...estos dias tenemos tres de estos movieéndose juntos por la zona!
ResponderEliminarUn saludo desde el estrecho,
Javi
La verdad es que hay que tener muy buena vista para distinguirlo. Las fotos, como siempre, en tu nivel
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