Las víboras son una de las serpientes mas abundantes en la Cordillera Cantábrica, y en esta zona geográfica las víboras están representadas por la especie de Seoane, Vipera seoanei.
Hace unos días me disponía en compañía de Juani a visitar un nido de buitre ocupado con un polluelo, que había encontrado hacía un mes, en un lugar en el que ni me imaginaba que podría estar, pero la casualidad hizo que lo pudiera ver. Pero esto será historia para otro reportaje.
En el camino, también la casualidad hizo que se nos cruzase una serpiente y Juani la vio y me avisó. Yo como siempre estaba buscando plumíferos por lo alto, por lo que no vi lo que se arrastraba por el suelo.
El bichito en cuestión era una bonita víbora de Seoane, que por el color me parece una hembra, aunque no tengo pruebas ni conocimientos suficientes para probarlo.
La víbora de Seoane habita en el norte de la Península, desde Galicia hasta el comienzo de los Pirineos y desde la costa hasta el comienzo de la Meseta. Por tanto, se trata de una serpiente que habita zonas con cierta humedad. Ésta, (la fotografiada) habita en una zona calcárea, de borde de bosque de hayas con repoblación de pinos sylvestris, a unos 750 m sobre el nivel del mar. No es la primera vez que encuentro a esta especie en esta zona, donde creo que es abundante. Incluso las he visto de color negro.
Son serpientes de pequeño tamaño, generalmente no superan los 65 cm. Esta medía sobre unos 35 cm. Su comportamiento es retraído, escondiéndose a menor signo de peligro. Si las vemos, será porque las encontremos medio adormiladas al sol, y ante nuestra presencia escaparán sigilosamente a esconderse. Su mimetismo las hace pasar inadvertidas, y en muchas ocasiones, andando por senderos, pasaremos por encima de ellas sin darnos cuenta.
Se alimentan de pequeños roedores, lagartijas y pequeñas ranas, a los que mata por inoculación del veneno que inyectan con sus colmillos acanalados y retráctiles. Para ello espera a que sus presas pasen cerca de ellas para atacar Una vez realizado el ataque y si este ha sido certero, deja que la presa escape, para localizarla una vez muerta, siguiendo su rastro. Una vez localizada se la tragará entera como lo hacen el resto de las serpientes y culebras y se esconderá para realizar una lenta digestión, que le reportará alimento para mucho tiempo. De hecho no comerá mas de dos o tres veces al mes, pudiendo estar mucho tiempo sin comer dado su lento metabolismo.
Habita en una amplia variedad de hábitat, desde la costa hasta las zonas montañosas en páramos, brezales, zonas pantanosas, borde de bosques, linderos, setos y marismas, pero siempre en lugares mas frescos y húmedos que las otras dos víboras que habitan en la Península.
En nuestra zona, coincide con la distribución de la víbora áspid Vipera aspis pero esta habita zonas mas secas. A solo 5 Km del lugar donde encontramos a nuestro ejemplar, en las zonas pedregosas, muros y centro del Valle de Losa podemos encontrar la víbora áspid
En cuanto a su comportamiento, son animales bastante pacíficos, a pesar de su mala fama. Prefieren escapar lenta y sigilosamente antes de iniciar un ataque hacia nosotros u otro animal mas grande que ellas.
Incluso si las molestias continúan o su seguridad está comprometida y proyecta un ataque, aun así, generalmente lo hace con la boca cerrada, intentando mas golpear, que morder.
En varias ocasiones, y con distintas víboras, he intentado iniciar un ataque de estos. Bajo constantes molestias (sin hacer daño a la serpiente, claro) y sintiéndose acorralada, después de bastante tiempo he conseguido que me muestre sus ataques, proyectando rápidamente su cabeza, pero siempre con la boca cerrada. Solo una vez he visto su boca abierta mostrando sus colmillos desplegados.
Cuidado con imitar estas experiencias, pues no hay duda de que estamos ante un animal que aunque de carácter pacífico, es potencialmente peligroso, cuya mordedura aunque casi nunca es letal, puede hacernos pasar momentos muy malos y dejarnos secuelas.
Su veneno es relativamente potente aunque menos que el resto de las víboras europeas.
No obstante se han dado casos de muerte en humanos.
Son animales que ocupan su lugar en la naturaleza, y por tanto necesarios. Su presencia regula las poblaciones de roedores y a su vez sirven de alimento a otras especies que ocupan un puesto mas alto en la pirámide trófica.
Son animales que ocupan su lugar en la naturaleza, y por tanto necesarios. Su presencia regula las poblaciones de roedores y a su vez sirven de alimento a otras especies que ocupan un puesto mas alto en la pirámide trófica.
Su carácter es pacífico y raramente producen algún daño, y si lo hacen es en defensa propia, por lo tanto dejémoslas vivir y que sigan su camino.
Por desgracia las vemos más veces muertas que vivas.Por ese afán de ciertas culturas muy cercanas a nosotros que nos enseñan a odiar a todo lo que se arrastra por el suelo, y sin ni siquiera saber el porque de ese odio.
Muy buen reportaje. Saludos.
ResponderEliminarExcelente reportaje, enhorabuena y saludos..
ResponderEliminarMuy buena Josemari . Como siempre la tuvo que ver Juani, no sé lo que harías sin ella, dale mi enhorabuena por la observación.
ResponderEliminarSaludos Juankar.
Que buen reportaje Jose Mari, bien documentado, con buenas fotos.De los que disfrutas leyendo. Excelente.
ResponderEliminarYo cuando me encuentro con alguna de estas, suelo hacer una pequeña circunferencia de 50 metros...jejeje.
Un saludo.
Victor.
En el Monte Buciero de Santoña he visto varios ejemplares hace poco, al terminar la primavera. Coincido en muchas cosas de las que dices, no son serpientes para nada agresivas, van a su bola y no entiendo el porqué de ese odio irracional que tiene mucha gente de matar, matar y matar y arrearle con lo primero que tienen cuando ven una.
ResponderEliminarMe dan terror espero no ver ninguna a mi paso porque me daria algo. Y ya veo que aqui en galicia suelen pasearsen.
ResponderEliminarLo siento pero me dan fobia esta clase de reptipes. Vivo en galicia espero no encontrarme con ninguna a mi paso ni en mi casa porque ahi mismo me quedaria.
ResponderEliminarBe cautious in replicating these experiences, because we are dealing with an animal that, while tranquil, is potentially hazardous, and whose bite, while seldom fatal, can put us through a lot of pain and leave us with consequences.
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