miércoles, 11 de mayo de 2011

Ranitas arborícolas

Dentro de nuestro territorio podemos disfrutar de dos especies de ranitas llamadas arborícolas. Son la Ranita de San Antón (Hyla arborea) y la Ranita Meridional (Hyla meridionalis). Ambas se caracterizan por su color verde brillante en el dorso y blanquecino en el vientre. Y se diferencian en la longitud de la banda oscura que recorre sus flancos. En la Ranita de San Antón, se inicia en el orificio nasal y finaliza en las patas traseras, mientras que en la Ranita Meridional esta banda termina detrás del tímpano.

Ranita de San Antón (Hyla arborea), Bareyo, mayo 2009



Se las puede encontrar en hábitats húmedos y con vegetación abundante, como charcas, prados inundados, arroyos, así como en hábitats artificiales como colas de embalses, abrevaderos para el ganado e incluso piscinas.
La Ranita de San Antón se la puede observar desde el nivel del mar hasta los 2000 m, mientras que la Ranita Meridional no suele superar los 700 m.

Distribución de ambas especies en la Península Ibérica y Canarias

La Ranita de San Antón está ampliamente distribuida por el norte, centro y oeste de la Península ibérica, aunque su distribución es bastante heterogénea en la Cordillera Cantábrica. En Europa se la puede encontrar desde la costa atlántica hasta Lituania por el norte, el Mar Caspio por el oeste y el norte de Turquía por el sur.
La Ranita Meridional presenta una distribución muy fraccionada en la Península ibérica, estando presente en el cuadrante suroeste, en Cataluña y existe una pequeña población en Guipúzcoa la cual se encuentra en peligro de extinción. Además se la puede encontrar en Menorca, Islas Canarias, Madeira, noroeste de África, sur de Francia y noroeste de Italia.

Ranita meridional (Hyla meridionalis). Cedillo, marzo 2005

La temporada de reproducción varía según la latitud, pero en términos generales empieza en marzo y acaba en mayo. Los primeros en llegar a las zonas de reproducción son los machos, que forman coros y mediante el canto defienden sus territorios. Durante su estancia en estos lugares, los machos dejan de alimentarse, lo cual supone un factor limitante para su permanencia, ya que tienen que depender de sus reservas energéticas. Luego acuden las hembras que seleccionan a los machos más grandes por la voz que emiten. El amplexo es axilar, durante el cual la hembra pone entre 2 y 60 paquetes con 2 a 125 huevos, entre la vegetación acuática. La duración del desarrollo embrionario varía en función de la temperatura del agua de 2 a 9 días, al cabo de los cuales nacen las larvas (renacuajos). El periodo larvario oscila entre 46 y 90 días.

Ranita de San Antón (Hyla arborea). Bareyo, mayo 2009

Sus dietas están basadas en insectos como coleópteros, formícidos, dípteros, etc., en cambio, sus larvas se alimentan de algas y plantas fanerógamas.
Entre sus depredadores se encuentran reptiles (culebras), aves (garzas) y mamíferos (nutria, gineta,...), mientras que sus larvas pueden ser depredadas también por crustáceos y larvas de insectos.

Ranita meridional (Hyla meridionalis). Cedillo, marzo 2005

La mayor amenaza para las Ranitas, como para el resto de anfibios, es el continuo deterioro, fragmentación y desaparición de sus hábitats reproductivos, producidos por la contaminación química de las aguas, la eliminación de la vegetación ribereña y en algunas zonas, la expansión urbanística.
Por tanto, su conservación depende de la disponibilidad y de la calidad de los puntos de agua y de la vegetación de ribera de las zonas donde se reproduce.

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