Para cualquier aficionado a la naturaleza, la simple visión de un ser vivo es un placer. Pero la visión de un gran mamífero ya supone un reto.
Tener la oportunidad de ver, y mejor, de observar a un oso pardo, uno de los mayores mamíferos terrestres europeos, y si éste es, uno de los escasos osos que han logrado sobrevivir a la sinrazón humana, en la Codillera Cantábrica, esto ya es un sueño.
Este mes de septiembre Mertxe, Juani, Agustín y yo hemos tenido ese sueño.
Pero estábamos despiertos, y bien despiertos.
A la siete de la mañana, aun sin amanecer, ya estábamos dando trompicones por un empinado camino, que nos dirigía a un punto estratégico, donde íbamos a intentar a hacer realidad nuestro sueño.
Nos acompañaba Mikel, de Navarra, al que habíamos conocido momentos antes, y nuestro guia Tino.
Ahora solo faltaba que la suerte nos acompañara.
Ya hacia un rato que habíamos llegado a nuestro punto de observación, cuando empezaba tímidamente a amanecer. La negrura del bosque iba tomando tonos verdosos. Las mas altas cumbres de las montañas se tornaban doradas. La humedad y el frío del amanecer iban calando a través de nuestras veraniegas ropas. Todo estaba demasiado tranquilo, a lo lejos, aun resonaban las esquilas y cencerros de vacas y caballos. En nuestro cuerpo iba entrando el frio y en nuestras mentes comenzaban a surgir dudas.
Ya había amanecido, eran las ocho y cuarto de la mañana, cuando Juani (quien sino) empieza a alborotarse porque por una pequeña gravera en medio del bosque estaba cruzando un Ooooooso.....
Nuestra visión dura escasos segundos y el oso desaparece detrás de los árboles. Su merodeo por el bosque es delatado por el movimientos de las ramas de los avellanos. Lo que buscan los osos en esta época son las avellanas de las que se alimentan con gran fruición.
Por fin entre los huecos del ramaje lo descubre Mikel. Apuntamos los teles y hay está
Este mes de septiembre Mertxe, Juani, Agustín y yo hemos tenido ese sueño.
Pero estábamos despiertos, y bien despiertos.
A la siete de la mañana, aun sin amanecer, ya estábamos dando trompicones por un empinado camino, que nos dirigía a un punto estratégico, donde íbamos a intentar a hacer realidad nuestro sueño.
Nos acompañaba Mikel, de Navarra, al que habíamos conocido momentos antes, y nuestro guia Tino.
Ahora solo faltaba que la suerte nos acompañara.
Ya hacia un rato que habíamos llegado a nuestro punto de observación, cuando empezaba tímidamente a amanecer. La negrura del bosque iba tomando tonos verdosos. Las mas altas cumbres de las montañas se tornaban doradas. La humedad y el frío del amanecer iban calando a través de nuestras veraniegas ropas. Todo estaba demasiado tranquilo, a lo lejos, aun resonaban las esquilas y cencerros de vacas y caballos. En nuestro cuerpo iba entrando el frio y en nuestras mentes comenzaban a surgir dudas.
Ya había amanecido, eran las ocho y cuarto de la mañana, cuando Juani (quien sino) empieza a alborotarse porque por una pequeña gravera en medio del bosque estaba cruzando un Ooooooso.....
Nuestra visión dura escasos segundos y el oso desaparece detrás de los árboles. Su merodeo por el bosque es delatado por el movimientos de las ramas de los avellanos. Lo que buscan los osos en esta época son las avellanas de las que se alimentan con gran fruición.
Por fin entre los huecos del ramaje lo descubre Mikel. Apuntamos los teles y hay está
Si no puedes ver el video picha en este enlace
http://www.youtube.com/watch?v=zqtXWDGLtRU
Después de desaparecer nuevamente de nuestra visión y cuando todo volvía a estar tranquilo, descubrimos sombras y movimientos entre los árboles. Al poco rato, vemos que un oso trepa rápidamente y con una agilidad pasmosa, por el tronco de un gran roble hasta subir a casi 10 metros de altura. Pensamos que hay otro oso en la zona, pero solo vemos a un oso medio colgado de la cima del roble mirando hacia abajo. Poco después salimos de dudas, otro oso trepa por el roble y casi se produce un encontronazo en las alturas, pero con un aviso ya es suficiente. Y es que dos osos en un mismo árbol, es multitud.
Si no puedes ver el video picha en este enlace
http://www.youtube.com/watch?v=B1auh7eMmYk
Todo tiene su tiempo y a media mañana la actividad va cesando y nosotros nos vamos. Queremos regresar al día siguiente, esta vez solo los cuatro, pero amanece lloviendo. A la tarde mejora el tiempo y entre que visitamos otras zonas y regresamos, llegamos a las siete de la tarde al punto de observación. Al poco tiempo de estar allí, vemos movimientos en las ramas de un avellano, muy cerca del roble del oso.
Al poco rato vemos un esplendido oso, comiendo plácidamente. Y así durante un buen tiempo hasta que la falta de luz nos hace abandonar la zona.
Al poco rato vemos un esplendido oso, comiendo plácidamente. Y así durante un buen tiempo hasta que la falta de luz nos hace abandonar la zona.
Si no puedes ver el video picha en este enlace
http://www.youtube.com/watch?v=7qL7MzMglcY
Ahora nuestro sueño ya es realidad.
Hola chavales
ResponderEliminarsin palabras....................
Impresionante el lance entre los dos osos en el árbol.
ENHORABUENA
Saludos desde Campoo
Cabroneeeeeeeeessssssssss!!!! Se me está cayendo la baba...
ResponderEliminarmenudo momento que vivisteis lo recordareis mucho tiempo un saludo
ResponderEliminarZorionak:
ResponderEliminarImpresionante documento gráfico de estos "pequeñines". Menos mal que el Tarzán ese no vive en la Cordillera Cantábrica, sino seguro que se le iban a quitar las ganas de hacer el "mono" por nuestros, llenos de sorpresas, robles milenarios.
Me alegro de que triunfarais y de que alguno de vosotros se haya dado cuenta de que no era una "quimera", ni un cuento narrado al calor de la chimenea. En lo profundo de la Asturias profunda, el Oso: EXISTIR....EXISTE.
Saludos
Josemari,has bordado la entrada.
ResponderEliminarlos videos te han quedado genial y el texto muy adecuado. Que buenos momentos disfrutamos!
Que gozada , esto es saber triunfar, y saber compartilo, enhorabuenaaaaaaaa
ResponderEliminar