A la tarde en la llanura manchega, cuando lo más normal hubiera sido asentarse en una buena sombra, con un buen botijo, no se nos ocurre otra cosa que buscar otra laguna en la que escondernos, es el anfitrión Ricardo el que nos lleva a una cercana en la que recuerda haber visto gangas, y para allá que nos vamos a montar los chiringuitos de camuflaje,
El aspecto de este lugar es totalmente diferente al de la mañana ya que son los verdes los que predominan
Al entrar al hide una cigüeñuela baja sin remilgos a donde estamos, nos viene de perlas ya que su presencia hace que los demás animales se confíen, avefrías, chorlitejos chicos y patinegros nos van animando,
Pero para las gangas es la hora de ahorrar esfuerzos, y no se dejan ver, va bajando el sol y Ricardo tiene que regresar a Madrid, nos apena que nos deje, pero entendemos que bastante nos ha acompañado ya, y asumimos que su familia también desea pasarlo con el.
Su marcha constituye un punto de inflexión en la jornada vespertina, pronto una decena de cigüeñuelas desciende ante nuestros ojos, y las avefrías tímidas y escalonadas llegan a beber,
Si ningún tipo de aviso a través del visor descubrimos un par de gangas, que apeonando llegan a la charca, y detrás de ellas otras ocho es en esos momentos en los que empiezas no solo a disfrutar de lo que ves sino de lo que puedes llegar a ver,
Una de ellas sin escala previa se planta en medio de la charca a menos de 10 metros de donde estamos, allí se dispone a beber es el momento, encuadramos, apuntamos intentado conseguir el foco deseado y cuando vamos a apretar el botón con más de 200 pulsaciones en nuestro corazón, se eleva dejándonos con una imagen de paisaje. Un poco más atrás otra, y aunque esta está muy atenta a todo lo que le rodea nos deja afotarla.
Varios grupos se acercaron, casi siempre lejos y las hierbas no nos dejaban verlas enteras, la emoción va en aumento, y se hace completa cuando algunas de ellas salen de las hierbas para beber justo frente a nosotros, se nos presentan más oportunidades. La luz caía y el atardecer teñia su plumaje dando de ocre a las plumas de las gangas,
El lugar es una mina y un alcaraván también parece que quiere disfrutar en este oasis manchego.
Se hace de noche y toca retirada, es difícil explicar lo que agradecemos a Ricardo que nos haya enseñado este sitio
Antes de abandonar la zona tres chotacabras nos sobrevuelan, y uno de ellos se planta delante de nuestro coche, sacamos el equipo y se escapa, encima de una valla se posa una lechuza común y allí podemos hacerle un par de fotos y disfrutar de su acicalado antes de cambiar de posadero.
Cansados por la cantidad de horas que permanecimos inmóviles en el pequeño hide, regresamos a casa, perola mente todavía seguía degustando las agradables visiones que nos ha ofrecido la avifauna y el paisaje manchego. Todo esto en excelente compañía, los tres amigos, Ricardo, Manu y Tomás hemos disfrutado de lo lindo, pero esto no ha acababa aquí nos quedan otros tres días de pajareo, y en ellos siguieron cayendo gangas, ortegas, pagazas, canasteras y todo lo que se nos puso a tiro. Como estos dos pajaros que en estas fotos fueron capturados mediante digis en plena faena.
Este chorlitejo acalorado alucina al vernos y parece decir que hay que estar loco para meterse en nuestras saunas a estas horas.
El aspecto de este lugar es totalmente diferente al de la mañana ya que son los verdes los que predominan
Al entrar al hide una cigüeñuela baja sin remilgos a donde estamos, nos viene de perlas ya que su presencia hace que los demás animales se confíen, avefrías, chorlitejos chicos y patinegros nos van animando,
Pero para las gangas es la hora de ahorrar esfuerzos, y no se dejan ver, va bajando el sol y Ricardo tiene que regresar a Madrid, nos apena que nos deje, pero entendemos que bastante nos ha acompañado ya, y asumimos que su familia también desea pasarlo con el.
Su marcha constituye un punto de inflexión en la jornada vespertina, pronto una decena de cigüeñuelas desciende ante nuestros ojos, y las avefrías tímidas y escalonadas llegan a beber,
Si ningún tipo de aviso a través del visor descubrimos un par de gangas, que apeonando llegan a la charca, y detrás de ellas otras ocho es en esos momentos en los que empiezas no solo a disfrutar de lo que ves sino de lo que puedes llegar a ver,
Una de ellas sin escala previa se planta en medio de la charca a menos de 10 metros de donde estamos, allí se dispone a beber es el momento, encuadramos, apuntamos intentado conseguir el foco deseado y cuando vamos a apretar el botón con más de 200 pulsaciones en nuestro corazón, se eleva dejándonos con una imagen de paisaje. Un poco más atrás otra, y aunque esta está muy atenta a todo lo que le rodea nos deja afotarla.
Varios grupos se acercaron, casi siempre lejos y las hierbas no nos dejaban verlas enteras, la emoción va en aumento, y se hace completa cuando algunas de ellas salen de las hierbas para beber justo frente a nosotros, se nos presentan más oportunidades. La luz caía y el atardecer teñia su plumaje dando de ocre a las plumas de las gangas,
El lugar es una mina y un alcaraván también parece que quiere disfrutar en este oasis manchego.
Se hace de noche y toca retirada, es difícil explicar lo que agradecemos a Ricardo que nos haya enseñado este sitio
Antes de abandonar la zona tres chotacabras nos sobrevuelan, y uno de ellos se planta delante de nuestro coche, sacamos el equipo y se escapa, encima de una valla se posa una lechuza común y allí podemos hacerle un par de fotos y disfrutar de su acicalado antes de cambiar de posadero.
Cansados por la cantidad de horas que permanecimos inmóviles en el pequeño hide, regresamos a casa, perola mente todavía seguía degustando las agradables visiones que nos ha ofrecido la avifauna y el paisaje manchego. Todo esto en excelente compañía, los tres amigos, Ricardo, Manu y Tomás hemos disfrutado de lo lindo, pero esto no ha acababa aquí nos quedan otros tres días de pajareo, y en ellos siguieron cayendo gangas, ortegas, pagazas, canasteras y todo lo que se nos puso a tiro. Como estos dos pajaros que en estas fotos fueron capturados mediante digis en plena faena.
Pasamos mucho calor, pero disfrutar de las evoluciones de las gangas y ortegas, ver como cargan agua en su plumaje, es un espectáculo que todo el mundo que disfruta del mundo pajaril, debería intentar degustar al menos una vez en la vida. bueno quizas dos... por eso el año que vien intentaremos repetir,¿ alguien se apunta?
5 comentarios:
Vaya fotazas de tres maestros del digis.
Muy buen trabajo por esa "espera de nada".
Que vais a volver al año que viene?
Que quien se apunta?
YO, YO y YO
Estoy esperando a que pase el año
Jose Mari
Pues me voy apuntar también, ya que he visto que sois capaces de hacer una foto en vuelo decente. Eso sí, en las fotos de tierra no teneis rivales.
Buen trabajo muchachos.
Comentar, comentar y comentar; qué sensación compartida tan estimulante ofrece este particular mundo de seres tan privilegiados como las aves, con su capacidad anatómica y morfológica, robándonos la atención tan egoísta que, siempre quiere más. Ojos, sólo para ellas.
Me ha gustado la sesión y, comentaros ya que habeis mencionado al chotacabras y fotografiado a la lechuza que, en mi trabajo de pintura, tuve el placer de ver en los repasos de los pisos en las afueras de zaragoza, a un chotacabras que reposaba al lado de la puerta de la galería sin cristal dentro del salón (seguramente, edificaron en su territorio y se quedó con el piso).
Hace tan solo un mes, me ocurrió lo mismo en un ático de adosados en un pueblo cerca de Zaragoza. A las 9h me fui a almorzar y de vuelta, ahuyenté a una hembra de lechuza. Ésta se instaló al poco de marcharme.
Me hace duelo la dificultad que tiene esta rapaz actualmente con la ubicación, pues antaño, muchos graneros no tenían ventanas.
Siento la extensión.
Saludos.
Saludos monstruo, me has hecho recordar lo bien que lo pasamos en la Mancha, ya no me acuerdo del calor que pasé, sólo de esos momentanzos que se agolpan en mi memoria y de las gachas, jeje.
Pues sí, habrá que repetir porque quedaron muchas cosas pendientes.
Saludos desde Campoo
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