Espátula común (Platalea leucorodia) / Eurasian Spoonbill
Durante esta semana pasada ya se ha empezado a notar el paso migratorio de aves por las marismas de Santoña. Se va incrementando el número de ejemplares de especies como el Charrán patinegro, la Gaviota sombría, la Espátula común y la Aguja colinegra. Mientras empiezan a dejarse ver especies más tardías como la Aguja colipinta. Y el paso, también va deparando alguna que otra sorpresa.
Aguja colipinta (Limosa lapponica) entre colinegras (Limosa limosa) / Bar-tailed Godwit among Black-tailed Godwits
El 3 de septiembre pudé observar una pareja de Pagazas piquirrojas adultas, descansando durante la pleamar en las marismas de Colindres, mientras a mi espalda se entrenaban a fútbol varios equipos de benjamines, que se pueden escuchar de fondo en el vídeo. Vamos que no eligieron el lugar por lo tranquilo.
El día 4 durante un paseo por el dique de las marismas de Bengoa, tuve la oportunidad de ver 3 ejemplares de Papamoscas cerrojillo, mientras se alimentaban de insectos entre los árboles que se encuentran a la entrada del dique.
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) / European Pied Flycatcher
Nada más comenzar a andar por el dique y a la altura del primer sumidero que comunica la marisma con el canal, oigo un sonido que no reconozco, por lo que me detengo para intentar localizarlo. Tuve suerte porque de inmediato el ave se echo al suelo, y pude observarlo a corta distancia. Se trataba de un Escribano hortelano juvenil o hembra adulta, algo sorprendente para un ave de montaña.
El día 5 observé el primer grupo numeroso de Espátulas en la bahía contabilizando 68 ejemplares, 29 de los cuales descansaban durante la pleamar en las marismas de Bengoa, mientras que el resto continuo con su viaje hacia el sur.
Este mismo día varios jóvenes de Gaviota cabecinegra revoloteaban por la zona con su plumaje bastante avanzado a primer invierno, entre los cuales uno de ellos pudé saber que era de origen italiano debido a que portaba una anilla de PVC.
Todo ello amenizado por los constantes "graznidos" de los jóvenes Charranes patinegros que persiguen a sus progenitores instigándoles para que les sigan alimentando, mientras van aprendiendo las técnicas de pesca tan peculiares de la especie.
Y como es habitual en esta época, los juveniles de Gaviota patiamarilla no pierden detalle de las idas y venidas de los charranes por si les pueden arrebatar algún que otro pececillo.
2 comentarios:
Esos vuelos me gustan.
saludos.
Sorpresa de hortelano, guardalo para la maratón.
Juankar
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