Mochuelo común Athene noctua
Durante toda la mañana hemos estado inmersos en la niebla y con algo de llovizna. De pajareo cero. Por la tarde a mejorado algo el tiempo, no llueve y la niebla se ha levantado, así que nos hemos acercado hasta el pantano de Los Canchales. Este lugar siempre nos ha dado buenas observaciones.
Mochuelo común Athene noctua
Mochuelo común Athene noctua
Desde el coche hemos visto un Elanio azul y como estaba lejos hemos parado para observarle. Muy lejos. Con el telescopio me puedo mantener lejos, sin molestarle, y sacarle alguna foto algo mas cercana, así que con los trastos al hombro trato de acercarme.
Elanio azul Elanus caeruleus
De pronto sale volando, pero no creo que sea por mi, pues se pone a cazar, y poco después se vuelve a posar. No me he movido y vuelve a alzar el vuelo para posarse en otro posadero cercano. Y de nuevo se marcha para volver al primer posadero. Por mi no puede ser.
Elanio azul Elanus caeruleus
De pronto descubro al causante de las molestias, es un Búho campestre que hace su ronda de caza. A donde miro, al Elanio o al Búho.
Buho campestre Asio flammeus
Durante un rato le sigo en su vuelo tratando de afotarle y cuando menos me los espero lo tengo casi encima. Me ha visto pero ni se inmuta, el a lo suyo. La luz baja porque la tarde va llegando a su fin. Y el Búho sigue volando alrededor mio, guardando las distancias.
Buho campestre Asio flammeus
Buho campestre Asio flammeus
Durante media hora va y viene, sobrevuela las campas de la cola del embalse llena de juncos. Yo en medio, y el volando a mi alrededor.
Buho campestre Asio flammeus
Al Elanio le he perdido de vista pero con el Búho estoy entretenido tratando de meterle en el visor del telescopio, harto difícil. Que bien hubieran funcionado aquí esas cámaras con disparos a ráfaga y un teleobjetivo 100-400 o 500mm de alguno que yo me se.
Buho campestre Asio flammeus
Antes de oscurecer del todo ya abandonamos el lugar cuando a lado de la pista me parece ver algo detrás de un matojo.
Para, para, echa hacia atrás el coche.
Ahí esta, es una liebre a menos de 5m, quieta como una piedra, confiando en su camuflaje y en su parapeto, al igual que nosotros dentro del coche.
Liebre iberica Lepus
granatensis granatensis
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