Otra vez en movimiento en busca de tan extraños personajillos. A los dos pude encontrar y ver, aunque en distintos momentos, pero muy recelosos no se dejaron ni acercar.
En el camino pude comprobar que los cernícalos primillas también habían hecho sus incursiones en el Valle de Losa (hasta siete pude ver)
Ya en Gayangos me tuve que conformarse con sacar fotos a las tarabillas norteñas, precisamente en el mismo rosal en el que pululaba el pechiazul, pero que rápidamente escapó de allí.
Sobre los carrizos volaban las libélulas de la especie Libéllula depressa
Consegui ver al pechiazul y al cejudo pero no hubo forma de sacarles una foto. Así que otra vez será
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