sábado, 6 de abril de 2013

Quetzal en Savegre para despedir nuestro viaje

Sobre las nueve de la mañana llegamos al embarcadero de Sierpes, allí nos espera un taxi-furgoneta para conducirnos a Savegre. El chófer se llama Fernando. Es un tipo simpático y charlatán que durante todo el viaje no cesará de contarnos anécdotas de su profesión y de la vida cotidiana de los habitantes de este hermoso país.

Antes de llegar a Savegre hacemos una parada en la zona del Cerro de la Muerte, a 3000 metros de altitud. Allí tomamos un café en el restaurante La Georgina. Desde la mesa donde estamos sentados se ven los comederos de colibríes situados en el jardín y por allí se mueve una especie típica de esta zona y que ha sido el motivo de nuestra parada aquí.
Colibrí vulcanero (Selasphorus flammula)

Llegamos al Hotel de Montaña Savegre a la hora de la comida. Concluida ésta y una vez que dejamos el equipaje en las habitaciones, salimos a "pajarear" por los alrededores del hotel. En esta zona de alta montaña esperamos anotar nuevas especies que solo se encuentran en esta región y la primera de ellas nos espera en los jardines que rodean los alojamientos.

Observamos con interés como una pareja de pícidos entran y salen de su agujero situado en el tronco de un árbol seco. Es una especie de "carpintero" nueva para el grupo. Su hábitat es el bosque de alta montaña y como casi todas las especies de pícidos que hemos visto en este país, este también se muestra como un acrobático modelo fotográfico.
Carpintero bellotero (Melanerpes formicivorus)
Caminamos por un bosque abierto que va paralelo al río. En su cauce vemos moverse de piedra en piedra al Mirlo acuático norteamericano (Cinclus mexicanus) y entre los arbustos de las orillas observamos a un pajarillo que porta ceba en el pico para alimentar a su joven prole.
Vireo alimarillo (Vireo carmioli)
Cae una fina lluvia y la temperatura ronda los 12ºC, que no está nada mal para estar a más de 2000 metros de altitud. En la base de un Roble mordisquea bellotas una Ardilla de Cola roja (Sciurus granatensis) y sobre el alambre de espino que rodea una finca se balancea una colorida Candelita collareja (Myioborus torquatus).
Vamos retornando hacia el hotel, observamos una nueva especie. Se trata de un Mirlo negruzco (Turdus nigrescens) que no colabora con nuestras cámaras. En cambio, aunque con mala luz, su "pariente" el Zorzalito de Frantzius (Catharus frantzii) nos da tiempo a sacarle alguna foto. Con la observación y serie fotográfica de esta especie finalizamos nuestro primer contacto con la avifauna de Savegre. Después de una reconfortante ducha y una sabrosa cena despedimos la jornada.
Zorzalito de Frantzius (Catharus frantzii)
A la mañana siguiente damos una pequeña vuelta, como es habitual antes del desayuno, por los jardines del hotel. Anotamos y afotamos nuevas especies como este bonito pariente de nuestro Ampelis europeo.
Capulinero colilargo (Ptilogonys caudatus)
Tras el almuerzo nos dirigimos a la recepción del hotel para contratar un guía con el que recorrer la zona. Todos los anteriores guías de nuestro periplo costarricense nos habían recomendado a Marino y, esa persona fue nuestra elección, pudiendo constatar el porque de tanta insistencia de todo el mundo en que contrataramos sus servicios. Marino es probablemente uno de los guías más veteranos de Costa Rica. Pasa de los 60 años de edad y vive cada observación con la misma pasión que su primera vez. Es eléctrico, no para ni un instante quieto y transmite a todo el que le rodea su entusiasmo por la observación de aves.
Pajareando en Savegre con Marino
Caminamos paralelos al río y pronto empezamos a comprobar el buen hacer de nuestro guía localizando especies esquivas en medio de la maraña de árboles que componen el bosque en esta zona de Costa Rica.
Sobre los arbustos que hay en los prados se balancea y reclama un Mosquero exclusivo de esta zona situada en la vertiente del Pacífico de la Cordillera de Talamanca.
Mosquero colilargo (Colonia colonus)
Nos dirigimos hacia una zona donde una pareja del mítico Quetzal guatemalteco (Pharomachrus mocinno) ha instalado su nido. Es un agujero en un árbol cercano a la carretera, dentro de un terreno privado. Cuando llegamos la expectación es máxima pero el ave no quiere aparecer, quizás su "timidez" se ve desbordada por el ingente número de individuos de la especie humana que pertrechados con cámaras, prismáticos y telescopios esperan su llegada de un cercano bosque donde hace unos instantes ha sido visto alimentándose.
Espera al Quetzal
Optamos por seguir el "pajareo" y dejar para otro momento la espera a esta majestuosa ave. Sobre un árbol vemos una paloma a la que su color da fe de su nombre, siendo este nuestro primer contacto con la especie.
Paloma vinosa (Patagioenas subvinacea)
Antes de internarnos en el bosque, tras pasar una cancela, vemos como sobrevuela una cercana colina un Busardo colirrojo (Buteo jamaicensis). Entre las ramas se mueve esquiva la Reinita carinegra (Basileuterus melanogenys) y el Cucarachero pechigrís (Henicorhina leucophrys). Un sonido delata a la especie que estamos buscando y que a diferencia de sus otros parientes solo habita en los bosques montanos de esta región de Costa Rica. Se mueve por el fondo de la foresta y nos da solo una pequeña oportunidad para una foto que Agustín no desaprovecha.
Trogón acollarado (Trogon collaris)
Volvemos al hotel ya que Marino tiene que dar una conferencia. Cuando estamos llegando, una bonita especie cruza ante nosotros y se queda en pose fotográfica para que Cristina la inmortalice.
Piranga estríada (Piranga bidentata)
Nos despedimos de Marino y como todavía nos queda una hora hasta la comida, todo el grupo a la vez transmite el mismo deseo: Volver a intentar el Quetzal guatemalteco (Pharomachrus mocinno). Cuando llegamos a la zona donde está su nido vemos que solo hay dos personas. Son dos fotógrafos locales con los que, tras unas breves presentaciones, asistimos atónitos a la salida de la hembra del nido para descansar sobre las ramas de un árbol cercano y esperar la llegada del macho a que le haga el relevo en el nido e ir ella a alimentarse.
Quetzal guatemalteco (hembra)/(Pharomachrus mocinno)
Los fotógrafos locales nos dicen que es una buena oportunidad para poder ver al macho, pero después de unos minutos éste no acude. De pronto Juanma nos avisa de que el "esperado" está perchado en unas ramas cercanas. No sabemos cuanto rato llevará ahí ya que nuestra atención estaba concentrada en su hembra pero eso ahora no importa. Su presencia enmudece a todos. Nos extasiamos durante varios minutos con su observación. Comienza a llover pero no nos importa mojarnos en esos momentos. Tiramos una buena colección de fotos y satisfechos por el rato pasado dejamos la zona. Regresamos al hotel "locos" de contentos pues hemos cumplido con creces con el objetivo ornitológico principal de todos los aficionados a las aves que venimos a Costa Rica.
Quetzal guatemalteco (macho)/(Pharomachrus mocinno)
Tras el almuerzo volvemos a reunirnos con Marino para dar una vuelta por los senderos que surcan la colina que está detrás del hotel. Mientras hacemos la planificación del recorrido, un "eléctrico" pajarillo se mueve entre los arbustos del jardín.
Fiofio montano (Elaenia frantzii)
En un todo-terreno subimos hasta los senderos de la colina que está detrás del hotel de Montaña Savegre para, una vez superado el primer kilómetro, dejar el vehículo y recorrer los senderos de este majestuoso bosque primario.
Bosque primario en Savegre
La zona es buena para especies exclusivas de esta región, pero la altura del arbolado y la umbría de este tipo de bosque dificultan la observación de las aves,  a todo ello se une la ley de Murphy y el sol está de cara a nosotros. Aún así, podemos observar Subepalo rojizo (Margarornis rubiginosus), Trepamusgos barbablanca panameño (Pseudocolaptes lawrencii), Trepamusgos pechirrayado (Thripadectes rufobrunneus), Trepatroncos coronipunteado (Lepidocolaptes affinis) y Ticotico rayado (Syndactyla subalaris).
Junto a una caseta de leñadores podemos ver posando a un ejemplar del grupo de los Túrdidos que solamente en esta ocasión tendremos la oportunidad de observar y "afotar".
Zorzalito piquinegro (Catharus gracilirostris)
Se escucha un sonido entre la espesura arbustiva, Marino dice que su autor es un ave muy esquiva y que se mueve por el suelo al modo de un ratón. Aunque estamos un buen rato escuchándole y que el sonido cada vez es más próximo, no conseguimos verlo. Se trata del Churrín plateado (Scytalopus argentifrons) ó Tapaculo como le conocen los autóctonos. Marino, fustrado porque el "bichito" no se deja ver, le dedica una serie de "piropos" irreproducibles desde estas líneas. Tampoco tenemos mucha suerte con un ejemplar de Chara gorgiplateada (Cyanolyca argentigula), aunque a ésta si la conseguimos ver fugazmente. En compensación se muestra un Clorospingo cejiblanco (Chlorospingus pileatus) que permanece expuesto lo suficiente para ser capturado por la Canon de Juanma.
Sin darnos cuenta se nos está marchando la tarde y la luz. Regresamos hacia el hotel. En el camino una huella de buen tamaño capta nuestra atención. Se trata del sello de identidad de un Puma (Puma concolor) que, según Marino, hace pocas horas ha transitado por donde nos encontramos. Se "masca" la emoción aunque somos conscientes que solo esa huella será lo que veremos de este esquivo y discreto felino, pero estamos contentos de haber coincidido por la misma zona de paso.
Huella de Puma
Iluminados por la linterna de Marino llegamos al hotel, cuando quedan pocos metros para llegar, desde la cuneta y en una curva, salta un Chotacabras fulginoso (Nyctidromus albicollis), en lo que será nuestra última observación del día.

Al amanecer paseamos por el jardín del hotel. Son nuestros últimos instantes en el Hotel de Montaña Savegre y como premio anotamos y afotamos a una nueva especie. Es un pajarillo con un curioso pico con el que libaba de flor en flor.
Pinchaflor plomizo (Diglossa plúmbea)
Ha llegado de nuevo Lenin después de permanecer varios días sin su presencia. Con él retornaremos a San José para ir al aeropuerto. En el camino hacemos una última parada en Paraíso Quetzal. Nuestro objetivo es el Colibrí insigne (Panterpe insignis). Esta especie usa los comederos instalados en los jardines de esta Reserva privada. Con dificultad vemos al colibrí desde el exterior. Pero una vez más se manifiesta el buen hacer y saber de Lenin. Este conoce a los dueños y tras una breve conversación nos dejan pasar a todo el grupo a sacar unas fotos de este Colibrí insigne (Panterpe insignis) que es una especie exclusiva de esta zona.
Colibrí insigne (Panterpe insignis)
Antes de despedirnos de Paraíso Quetzal, uno de los responsables nos enseña un pollo de Quetzal guatemalteco (Pharomachrus mocinno) que ha tenido el infortunio de caerse del nido y de que sus padres lo rechacen. Los reponsables de la Reserva, tras hablar con el Ministerio de Medio Ambiente, se han hecho cargo del "pequeño" miembro de una especie a la que la modernidad amenaza con alterar su exclusivo hábitat.
Quetzal guatemalteco (pollo) (Pharomachrus mocinno)
Llegamos a San José, capital de Costa Rica y punto de llegada y partida de nuestra visita a este bello país. Solo nos resta almorzar y comprar unos recuerdos para la familia antes de tomar el avión de regreso a Bilbao. Parece mentira pero hace 21 días que llegamos a este rincón de Centroamérica. Atrás quedan tres semanas llenas de gratos recuerdos y magnifícas y múltiples observaciones. Hemos visto 434 especies de aves, 16 de mamíferos, 26 de anfibios y reptiles e innumerables artrópodos. Hemos sacado miles de fotografías. Ahora toca seleccionar, tamizar y preparar el material con el que contar nuestra experiencia. Dejamos a Juanma, Agus, Mertxe y Ricardo en el aeropuerto de San José. Por motivos de logística ellos van a volar hoy y Cristina y Pacheco lo haremos mañana. Los que nos quedamos nos dirigimos al hotel Bouganvillea en las cercanías de San José. Allí disfrutaremos de una jornada de relax y de la avifauna que puebla sus bellos jardines. Pero eso, además de nuestros contactos en el país con sus mamíferos, herpetos y artrópodos será motivo de otros capítulos que publicaremos más adelante en este blog. Y mientras llegan esos nuevos capítulos....

....Esto es todo por hoy amig@s

2 comentarios:

Juanma dijo...

Que recuerdos. Costa Rica es uno de esos lugares donde nunca te negarías a volver. Una pena que esté tan lejos.
Gracias Patxeko por contar todo el viaje y de esta forma no poder olvidarlo.

Saludos

Jose Mari dijo...

Sin duda habéis hecho un viaje inolvidable. Que envidia. Lugares, bosques donde perderse, solo la naturaleza y tu, que gozada.
Sigo soñando, algún día.....

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