lunes, 18 de agosto de 2008

5 DIAS EN ESCOCIA 5ªparte

5ª Parte Dia 23 de Junio
Hoy es nuestro último día en Escocia, y como tenemos que trasladarnos a Edimburgo, queremos hacer varias paradas en el camino para tratar de ver algo interesante.
Tomamos dirección a Invernes y de Invernes a Edimburgo por Pest. La primera visita la vamos a hacer en un valle que entra hacia las montañas en un lugar llamado Tomatin.
Es un valle poco habitado recorrido por una estrecha carretera, para llegar a la zona alta de la cabecera del río. Este alto valle está rodeado de montañas cubiertas de brezos Calluna vulgaris y Erica spp. que les dan unos colores de tonos marrones, violetas o rosáceos, según la floración de cada uno.
A poco de pasar Tomatin hacia el interior del valle, muy cerca de la carretera ya vamos encontrando aves que deleitan nuestra vista. En los prados que rodean el río, que corre por debajo de la carretera, vemos Ostreros Haematopus ostralaguss, Zarapitos reales Numenius arquata y Avefrias Vanellus vanellus,

 


en cantidades como las vemos en nuestro país. Por la carretera nos cruzan los abundantes Conejos Oryctolagus cuniculus,

que hay en Escocia y unos pollos de Faisán vulgar Phasianus colchicus, seguidos de su madre que espera al otro lado,

a uno rezagado que se ha quedado sin pasar, cerca de nuestro coche. Finalmente pasa un poco mas adelante y la familia desaparece en el interior del bosque. Un poco mas adelante una Avefría Europea Vanellus vanellus descansa sobre un terrón de tierra sin importarle mucho nuestra presencia cercana. Chulería que pago con una retahíla de fotos. Mas adelante, vemos unas Gaviotas canas Larus canus que alimentan y protegen a sus pollos, ya tan grandes como las adultas, a pesar de vestir un plumón de tonos grises y jaspeados. Nos resulta curioso ver que han criado en la orilla del río sobre una gravera, formando una pequeña colonia.

También nos ha parecido curioso el comportamiento de estas gaviotas. Las vemos siempre en el interior, y muchas veces patrullando sobre las carreteras en busca de animales muertos. Un comportamiento similar a como vemos a los milanos negros.
Seguimos carretera adelante, no hemos subido mucho, pero la vegetación boscosa va dejando paso a los brezales. El valle tiene forma de U, de claro origen glaciar. Su fondo es plano recorrido por un río serpenteante de tumultuosas y oscuras aguas teñidas por las turberas que lo rodean.




Esta rodeado de montes de cumbres redondeadas, no muy altos, pero al verlos pelados, con brezales como única vegetación les da un aspecto de alta montaña, y en realidad no superan los 800 metros.
La presencia en la carretera de unos aficionados a las aves con teles, hace que hagamos una parada. Son ingleses y le avisan a Joserra de la presencia de un ciervo. Mirando a las cumbres descubrimos el vuelo de un halcón peregrino que rastrea las laderas. Y con detalle, sobre las pardas laderas de estos montes encontramos mas ciervos, tan abundantes que forman rebaños. Treinta o cuarenta bajando por una ladera, en otra ladera contigua descansan y pacen otros cincuenta y en el valle frente a nosotros otro grupo pasta cerca de unas ovejas. Hay ciervos por doquier, pero su color pardo rojizo se confunde estupendamente con el color del brezal, pardos, rojos, morados, toda una gama de colores cálidos. A pesar de que los montes no tienen ninguna vegetación que supere los treinta o cuarenta cm cuando los ciervos están tumbados pasan totalmente desapercibidos y solo les delata su presencia el movimiento o la sombra de estos.



En la parte mas alta del valle deberíamos encontrar un gran bosque, el bosque de Coignafearn, pero la carretera se corta y solo un poco mas atrás, hay un pequeño bosque de Alerces Larix decidua. Dejamos el coche y a través de un puente nos dirigimos hacia él.


En los campos vemos Ostreros Haematopus ostralaguss y Avefrías Vanellus vanelluss. Poco nos dura la calma, cuando estamos a medio camino hacia el bosque una nube negra hace acto de presencia. De pronto, el cálido sol que nos bañaba desaparece ante la presencia de ella y comienza a soplar un gélido viento al que acompañan unas furiosas gotas de agua helada. Envueltos en la capa, el frío nos llega hasta los huesos. La cara al descubierto, soporta el embate del viento mientras las gotas de agua estallan sobre esta, produciendo dolor. Son cinco minutos pero interminables, para dar paso de nuevo a los rayos del sol que de nuevo traen la calma y su agradable calorcillo.

Cuando llegamos al bosque de nuevo luce el sol y nos damos cuenta que el bosque tiene poca entidad, sin embargo decidimos rodearlo por si acaso. En las afueras de este canta la alondra sobre laderas de brezal, donde de nuevo descubrimos en la lejanía grupos de ciervos. De estas laderas, que en las zonas de menos inclinación son turberas, rezuman hilos de agua que lo encharcan todo. En ellos encontramos Ranas bermejas Rana temporaria
  y a sus alrededores abundan unas pequeñas plantas carnívoras llamadas droseras.

Cerca del bosque vemos un lagomorfo. En cuanto nota nuestra presencia corre ladera arriba, pero enseguida se para y nos observa, al tiempo que nosotros hacemos lo mismo. No es un conejo, tiene mas aspecto de liebre, pero tampoco es una liebre como las que conocemos. Su pelaje es gris, las orejas más cortas, lo mismo que las patas. Aunque se sienta como una liebre. Ya después de estar en casa, hemos sabido tras previa consulta, de que se trataba de una liebre azul, o variable, o de las nieves es decir una Lepus timidus.


De vuelta al coche vemos de nuevo Ranas bermejas, Ostreros Haematopus ostralaguss y Avefrías Vanellus vanellus en los campos.
En distintos sitios del valle hemos visto Carbonero garrapinos, Colirrojo real, Ánade azulón, Busardo ratonero, Graja, Grajilla, Corneja cenicienta, Gaviota cana, Herrerillo común, Bisbita pratense, Pinzón vulgar, Paloma torcaz, Andarríos chico, Queremos hacer un nuevo intento para ver al Piquituerto escocés, o lo que podamos. Para ello, vamos ha hacer una visita al bosque de Rothiemurchus del que tenemos buenas referencias. Este bosque está a los pies del las montañas Cairngorms. Seguimos las referencias que tenemos pero no encontramos la entrada al bosque. Se nos va el tiempo. A través de un puente pasamos a la zona donde debería estar. A orillas del camino está el Loch Morlich al que le echamos una mirada con la suerte de descubrir sobre el agua a dos Serretas grandes,

Tambien vemos Garza real, Ánade azulón, Porrón osculado y Andarríos chico. Poco después llegamos al bosque. No tiene buena pinta, el bosque al que accedemos es un bosque de Pinos Pinus sylvetris en explotación y a través de una pista hecha para sacar madera accedemos a su interior. Vemos lo esperado en un tipo de bosque así, Herrerillo capuchino, Petirrojo, Lúgano, Pinzón vulgar, Mosquitero musical, Chochín, Zorzal charlo, algún Carbonero común, Herrerillo común y una Rana bermeja. Poca cosa comparado con lo que esperábamos. Cuando llegamos a una zona de pinos añosos, de bosque muy clareado, tipo dehesa y con el suelo tapizado de brezos y musgos, con muy buena pinta, ya se nos ha hecho tarde, y con mucho pesar decidimos abandonar porque nos quedan muchos kilómetros antes de llegar a Edimburgo, final de nuestro periplo.





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