Otra zona que vamos a visitar en varias ocasiones es East Khawr, un humedal pegado a la ciudad de Salalah pero que contiene una gran actividad de aves acuáticas. Entre los patos vimos Cucharas comunes, Ánades azulones y Cercetas carretonas, mientras que entre las zancudas vimos Flamencos comunes, Garzas reales e imperiales, Garcetas dimorfas y Garcillas bueyeras y cangrejeras.
Los limícolas también son importantes y sus números cambiaban de un día a otro. Así, en la primera visita había un nutrido grupo de Combatientes, entre los cuales se encontraba una Canastera chica que se mostró de lo más confiada.
En una visita posterior, al grupo de Combatientes se le había añadido un buen número de Chorlitos dorados siberianos.
Y entre las rapaces vimos al mismo tiempo hasta 4 Aguiluchos laguneros occidentales sobrevolando sus carrizales y 1 Busardo moro perseguido por un grupo de Cuervos indios.
Entre las zonas húmedas también hay que destacar el Khawr Taqah, que tiene una mayor extensión y por tanto alberga más cantidad de aves. Aquí vimos nuestra primera Jacana colilarga, mientras se alimentaba con decenas de Gallinetas comunes y varias Fochas comunes. Pero la observación más especial fue la de un par de Garcillas indias, una especie que nos había estado sembrando de dudas durante estos 4 días, debido a que las guías no eran muy explicitas en como separarlas de la Garcilla cangrejera. De hecho, en varias ocasiones creíamos haber visto Garcillas indias, por tener el dorso algo más oscuro que las cangrejeras, pero no nos convencían, hasta que encontramos estos 2 ejemplares.
Aquí también fue habitual ver un ejemplar de Águila moteada sobrevolando los carrizales o posada en algún tronco seco.
En la zona entre el khawr y el pueblo se extiende una plantación de bananos y palmeras, que atrae a multitud de pajarillos. Así a las flores de las palmeras acuden los Suimangas brillantes.
Mientras que los Tejedores de Rüppell dan buena cuenta de los dátiles.
Otro humedal importante por su extensión y variedad de aves es el Khawr Rawri, al cual se accede previo pago de una entrada (2 €). Además de las aves vistas en otros khawres, aquí vimos un Porrón pardo insertado en un grupo de Silbones europeos, mientras que en la vegetación flotante se alimentaba una Jacana colilarga.
La playa ha creado un dique de arena impidiendo el desagüe del khawr al mar. En este arenal, descansaban varias Águilas pescadoras y un par de Charrancitos de Saunders. En una de sus colas pudimos disfrutar de un par de Polluelas chicas y un Estornino rosado al atardecer.
El último humedal en el que estuvimos fue el del Khawr Al Mughsayl, ubicado en una largisima playa a los pies de unos montes que caen a plomo sobre el mar. Aquí pudimos observar una Garceta intermedia, que fue fácil de distinguir, ya que estaba acompañada de una Garceta grande y pudimos compararlas con detenimiento.
En la zona de aguas más profundas observamos un grupo de ánades, entre los cuales había un Porrón pardo. Y junto al observatorio instalado en una de sus orillas, se encontraba una Tarabilla asiática.
Un lugar del cual nos enamoramos fue Wadi Darbat, un oasis situado en un páramo entre montañas, cuyo desagüe hacia el mar se produce a través de una cascada de varias decenas de metros. En época de lluvias el sitio tiene que ser impresionante. Aquí nos encontramos con una gran cantidad de Dromedarios custodiados por un grupo de pastores acampados en la entrada del wadi.
Debido a su ubicación en altura, había un gran trasiego de rapaces, pudiendo detectar Águila moteada, Águila esteparia, Águila imperial oriental, Águila-azor perdicera, Aguililla calzada, Alimoche común, Alcotán europeo, Cernícalo vulgar, Milano piquigualdo y Culebrera europea.
En los pastizales que rodean a las lagunas que mantienen agua, nos encontramos con un grupo de 125 Cigüeñas de Abdim, alimentándose de insectos o descansando, y entre ellas una solitaria Cigüeña negra.
En las orillas de las lagunas observamos Garcetas comunes y dimorfas, una Polluela pintoja, Gallinetas comunes, así como varios limícolas, como Andarríos grandes y bastardos, Agachadizas comunes y una Agachadiza colirrara, que al levantar el vuelo nos ayudó en su identificación, ya que carecía del borde posterior blanco que tienen las comunes.
En sus laderas rocosas y arboladas era constante el ir y venir de los omnipresentes Escribanos canelos, un ave que prácticamente nos acompañó en todos los lugares del sur de Omán. Mientras que entre los árboles conseguimos discernir la estampa de un Papamoscas semicollarino.
CONTINUARÁ.....
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