A la búsqueda del Treparriscos

Buitre leonado (Gyps fulvus)

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El viernes pasado visité la Foz de Lumbier en compañía de Cristina y de Pacheco. Eramos de los pocos que faltabamos de ver al famoso Treparriscos de este cañón fluvial. A las 10 de la mañana, estabamos en el aparcamiento habilitado a la entrada de la foz. Los primeros avistamientos fueron un Petirrojo, un Escribano soteño, un par de Carboneros y 3 Milanos reales.

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Milano real (Milvus milvus). Foto Manuel Estébanez.

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En primer lugar hicimos el recorrido entero de la foz, ya que ninguno de nosotros la conocíamos. Rapidamente aparecieron ante nuestros ojos las primeras rapaces rupícolas, un Cernícalo vulgar y varios Buitres leonados que se afanaban en adecentar sus nidos transportando ramitas.

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Buitre leonado (Gyps fulvus)

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Tras caminar por toda la foz, nos dimos la vuelta y volvimos al túnel de entrada para esperar al ansiado Treparriscos. En el camino, fuímos viendo una Curruca cabecinegra, una pareja de Lúganos, un sinfín de Aviones roqueros, que entraban y salían de los huecos de las paredes donde tenían ubicados sus nidos. Así como un buen número de Buitres echados sobre sus nidos.
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Acentor alpino (Prunella collaris)

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Estuvimos esperando durante 5 horas, en las cuales pudimos observar un Halcón peregrino, un Gavilán, 2 Cuervos, 12 Cigüeñas blancas, varios Mitos, Herrerillos comunes, Pinzones vulgares, Palomas bravías, Gorriones comunes y 2 Acentores alpinos. Pero ni rastro del Treparriscos.