El pasado mes de junio, junto a Cris y Patxeko nos hicimos una pequeña excursión por estas magníficas montañas que apenas conocemos. Un amigo nos había dado unas indicaciones para hacer una pequeña ruta de alto interes biológico para nosotros. El interes se basaba en que en ella podríamos disfrutar de varias especies que se nos resistían a unos y a otros, y que habíamos intentado en diferentes sitios.
En una pequeña turbera, pisoteada por el ganado pudimos encontrarnos con dos especies de Drosera, tras las cuales llevaban varios años Cris y Patxeko. Se tratan de unas especies llamadas carnívoras, aunque más bien se debería decir insectívoras, ya que de los insectos obtienen los componentes nitrogenados que necesitan para vivir. Los atrapan por medio de un líquido pegajoso que segregan los pelos de las hojas.
Una era la Drosera rotundifolia, que como su nombre indica, posee las hojas redondeadas.
Y la otra era la Drosera intermedia, que posee hojas más elongadas. Ambas especies estaban a punto de florecer.
En sus alrededores también se podían ver varias especies de brezos, siendo el más interesante el Erica tetralix, una especie típica de turberas.
Luego al paso por un pequeño arroyo, nos detuvimos para explorar sus orillas, ya que nuestro contacto nos había dicho que en esa zona se encontraba la población más oriental de Rana patilarga (Rana iberica) en Cantabria. Este anfibio es endémico de la Península Ibérica, existiendo poblaciones únicamente en la Cordillera Cantábrica, Galicia y Sistema Central.
1 comentario:
Interesante paseo, me han entrado ganas de ir el martes a por las arñas.
saludos Juankar.
Publicar un comentario