JUEVES, 14 DE MAYO DE 2009. LOS GRANDES HERBÍVOROS POLACOS: BISONTES AL AMANECER, ALCES AL ATARDECER
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Hoy toca madrugón. Nos levantamos a las 3 de la madrugada. En Polonia, en esta época, amanece a las 4:30 horas y éste es el mejor momento para intentar ver a los Bisontes (Bison bonasus) retirándose e internándose a pasar el día en el bosque después de haber estado paciendo durante toda la noche en los claros. Hay nervios en el grupo, pues el día anterior habíamos seguido a estos gigantes por el interior del bosque sin conseguir verlos a pesar de que los rastros (huellas, excrementos, señales..) nos indicaban que habían pasado muy recientemente por el camino que seguíamos. Además, en el grupo de vascos hay nervios por otro motivo: todavía no conocemos el desenlace de la final de la Copa del Rey de fútbol que la noche anterior han enfrentado al Athletic con el Barça. Nuestra única información es que al término de la primera parte el resultado era 1-1. Con estos pensamientos y avatares llegamos a la zona de la Selva de Bialowieza donde habíamos detectado a los Bisontes (Bison bonasus) el anterior día. ¡Sorpresa!, hay cuatro machos de este gran herbívoro tumbados y rumiando. Su visión es muy emocionante, dejando caras de satisfacción y alegría en todo el grupo.
Bisontes europeos (Bison bonasus) machos
La observación dura varios minutos hasta que, sin perdernos de vista en ningún momento, el grupo de rumiantes se interna en el bosque. Nuestro buen amigo Juanma dice en esos momentos que tanta suerte no va a ser eterna, cosa que podemos comprobar minutos después cuando, previa llamada a Bilbao, nos enteramos de que el Barça ha ganado la final metiéndole a nuestro Athletic tantos goles como Bisontes hemos observado.
Bisontes europeos (Bison bonasus). Vídeo Cristina Negueruela
De vuelta a la casa rural y mientras algunos se vuelven a la cama, otros aprovechamos el par de horas que quedan hasta el desayuno, para pajarear por los alrededores y despedirnos de la Selva de Bialowieza ya que después de reponer fuerzas partiremos hacia las Marismas de Biebrza. Al lado de la casa rural revolotean Abubilla (Upupa epops), Zorzal charlo (Turdus viscivorus) y Zorzal real (Turdus pilaris), sobre el poste de un cercado un Zorzal común (Turdus philomelos) entona un melodioso canto que es coreado por el reclamo en la punta de un arbusto de un individuo de Zarcero icterino (Hippolais icterina). En los campos de cultivo del entorno se alimentan Verderón común (Carduelis chloris), Jilguero (Carduelis carduelis) y Pardillo común (Carduelis cannabina). Mientras vamos caminando vemos posarse en un árbol próximo un individuo de Pito cano (Picus canus), la observación dura un instante pero lo suficiente para contemplarlo a placer. El sonido de este pícido nos ha acompañado durante los cuatro días que hemos estado en este pueblo de la Selva de Bialowieza y es ahora, horas antes de irnos, cuando logramos echarle el ojo. La Curruca gavilana (Sylvia nisoria) sigue en el mismo arbusto que el día anterior, igualmente sigue allí la pareja de Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) cuyo macho expulsa sin contemplaciones de su territorio a un individuo de Torcecuello (Jynx torquilla) que se posa en la rama de un cercano árbol.
Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla)
Regresamos en busca del merecido desayuno. Por el camino vemos Bisbita arbóreo (Anthus trivialis) y Alondra totovía (Lullula arborea). Una Curruca zarcera (Sylvia communis) reclama desde lo alto de una pícea instalada en el jardín de una de las bonitas casas de madera típicas de esta parte de Polonia.
Casa de madera típica polaca
Casa de madera típica polaca
Tras el desayuno metemos los bártulos en el autobús de Marek. Nuestro siguiente destino son las piscifactorías de Byalostok que pillan de camino hacia las Marismas de Biebrza. Antes de partir un Águila pescadora (Pandion haliaetus) nos sobrevuela a modo de despedida. Dejamos así el maravilloso Parque Nacional de Bialowieza, una reliquia de lo que fue el primigenio bosque europeo y que creemos que se deben hacer todos los esfuerzos para preservar esta joya de la naturaleza.
Cartel del Parque Nacional de Bialowieza
Por el camino, según pasamos por los pintorescos pueblos polacos, vemos cantidad de Grajas (Corvus frugilegus), Grajillas (Corvus monedula), Cornejas cenicientas (Corvus corone cornix), Tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) y los siempre presentes Estorninos pintos (Sturnus vulgaris). Llegamos a las piscifactorías de Byalostok, estas son unas zonas muy naturalizadas con carrizales y zonas de sotos. Nada que ver con la imagen de tanques y tuberías que todos nos imaginamos.
Piscifactoria de Byalostok
Hay una colonia de Gaviota reidora (Larus ridibundus). Entre la vegetación vemos nidos de Focha común (Fulica atra) y Somormujo lavanco (Podiceps cristatus), con sus propietarios incubando. Hay un grupo de seis Somormujos cuellirrojos (Podiceps grisegena) que lucen un bonito plumaje nupcial. También hay criando una pareja de Cisne cantor (Cygnus cygnus) a la que no conseguimos ver.
Somormujo cuellirrojo (Podiceps cristatus)
Oímos a la Rana de vientre de fuego (Bombina bombina) y en el recorrido de la lamina de agua observamos Rana bermeja (Rana temporaria) junto a un nido de Pájaro moscón (Remiz pendulinus) a la vez que vemos como se echan dentro del carrizal dos individuos de Bigotudo (Panurus biarmicus). Carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) pueblan con sus cantos la vegetación mientras los Escribanos palustres (Emberiza schoeniclus) se afanan en la captura de insectos con los que alimentar a su prole.
Escribano palustre (Emberiza schoeniclus) macho
Dejamos las piscifactorías con el “duelo” sonoro entre un Avetoro común (Botaurus stellaris) y un individuo de Buscarla unicolor (Locustella luscinioides). Llegamos a nuestro nuevo destino en Dobarz. Vamos a estar durante los próximos dos días en una acogedora y bonita casa rural a orillas de las Marismas del Biebrza. Todavía queda luz hasta la cena, con lo que tras desempacar el equipaje nos dedicamos a explorar los alrededores.
Grupo saliendo a pajarear de la casa rural
Casi sin darnos cuenta un Zorro rojo (Vulpes vulpes) se pasea a escasos metros de nosotros. Mientras nos observa va marcando su territorio para, con tranquilidad, internarse en el bosque. Más tarde lo volveríamos a ver en un claro próximo.
Zorro rojo (Vulpes vulpes)
Una rapaz planea en el cielo, tras un rato de dudas en su identificación nuestro guía Félix nos dice que es un Águila moteada (Aquila clanga).
Águila moteada (Aquila clanga). Foto Álvaro Rodríguez Pomares
En una granja vemos como se alimentan de insectos un grupo de Lavandera boyera (Motacilla flava), aunque la mayoría son de la subespecie flava, también podemos observar que hay dos ejemplares que pertenecen a la para nosotros novedosa subespecie thunbergi.
Lavandera boyera (Motacilla flava thunbergi) .macho. Foto Álvaro Rodríguez Pomares
Pasamos por una zona boscosa en la que se interna en picado un Gavilán común (Accipiter nisus), bajo él vemos sobre un pequeño claro del bosque a dos Grullas comunes (Grus grus) que se dedican a sus danzas amorosas.
Pareja de Grulla común (Grus grus) bailando
Cuando salimos del bosque vemos patrullar al Aguilucho cenizo (Circus pygargus) que además de por nosotros, también es observado desde su “percha” por un Alcaudón norteño (Lanius excubitor). Sobre la zona de pasto hay una hembra de Corzo (Capreolus capreolus) alimentándose y un ejemplar de Busardo ratonero (Buteo buteo) atento a posibles presas. En lo alto de un arbusto vemos a un ejemplar de Curruca zarcera (Sylvia communis) que reclama sin cesar. Es curioso que hasta ahora, todos los días hemos visto y disfrutado a placer de esta curruca que en nuestra tierra normalmente se muestra bastante esquiva y a la que solo logramos vez fugazmente mientras se mueve por el interior de los arbustos.
Curruca zarcera (Sylvia communis) macho
Se echa la noche y volvemos para cenar. En la lejanía observamos un grupo de vacas y delante de ellas vemos caminar pausadamente un Alce (Alces alces). Todo el grupo está encantado con esta última observación ya que si el día se iniciaba con la observación del gran Bisonte (Bison bonasus), su finalización venía acompañada por la contemplación del otro gran herbívoro poloco: el Alce (Alces alces).
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