Como ya ha comentado Jose Mari en una entrada anterior, a finales de julio estuvimos dando una vuelta por el entorno de Espinosa de los Monteros, Burgos, acompañados por Juani, Cris y Patxeko. Uno de nuestros objetivos era visitar el Puerto de La Lunada (1350 m), si las condiciones atmosféricas nos lo permitían, ya que es un lugar donde a pesar de hacer un día soleado es muy probable encontrarselo tapado por nieblas. De hecho, es uno de los lugares con mayor índice de pluviosidad de la península con 2500 mm anuales.
Las condiciones climatológicas que se dan en esta montaña son muy similares a las de los Pirineos o de los Picos de Europa, a pesar de encontrarse a apenas 30 kms de la costa, por tanto esto permite que compartan algunas especies de flora y fauna. Por tal motivo, nuestra visita iba destinada a buscar flora y fauna entomológica de alta montaña.
Entre las plantas encontramos a la rosácea Potentilla alchemilloides, unicamente presente en Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y el Atlas de Marruecos. Vive en roquedos y pedrizas generalmente por encima de los 1400 m.
También a la Aguileña pirenáica (Aquilegia pyrenaica) que se trata de un endemismo pirenáico cantábrico, y que aquí en La Lunada encuentra su límite altitudinal inferior al que ha sido citada. Florece en los meses de Julio y Agosto en roquedos y pastos pedregosos sobre terreno calizo.
Ademas encontramos una liliácea, la Narthecium ossifragum, presente en la Península Ibérica unicamente en el norte, habitualmente por encima de los 1460 metros, cuyos requerimientos son suelos ácidos higroturbosos, floreciendo entre Junio y Agosto.
Una extraña campanulácea, la Phyteuma orbiculare, típica de ambientes frescos y húmedos, que aparece en las montañas del norte y del este penínsular, presentando una distribución paleártica.
No faltaron algunas orquídeas como la Gymnadenia conopsea, especie paleártica que en la península se restringe a las zonas montanas del norte por encima de 800 m, a humedales someros como pastizales y afloramientos de agua en taludes.
Por supuesto, la Gymnadenia gabasiana, endemismo pirenaico cantábrico que crece en suelos basófilos calcícolas con praderas de los pisos subalpinos y alpinos (por encima de los 1000 m), floreciendo de Junio a Agosto.
Y sorprendente, fue encontrar Dactylorhiza maculata, una especie acidófila en estos suelos calcáreos. Es una especie eurosiberiana eminentemente montana en la península, solo citada por encima de 1200 m tanto en Pirineos, como en la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico, floreciendo entre Mayo y Julio.
En cuanto a la entomofauna, principalmente buscabamos mariposas del género Erebia y el lugar no nos defraudo. Cuando asomaba el sol entre la niebla que iba y venía, los pastos se llenaban de estas criaturas en vuelo. Mientras que cuando se cubría el cielo, dejaban de volar y permanecían posadas permitiendo observaciones muy cercanas.
La primera que encontramos fue la Montañesa vacilante (Erebia triaria), que vuela desde Mayo a Julio, siendo la especie más temprana en volar de este género. Se encuentra distribuida de forma discontinua por las principales sierras del centro y sur de Europa. En la Península Ibérica se distribuye por los ejes montañosos de la mitad norte.
Luego dimos con la Montañesa gigante (Erebia palarica), especie endémica de la Cordillera Cantábrica, que aún no había sido citada en este lugar. Vuela entre Mayo y Agosto.
También encontramos la Montañesa de banda larga (Erebia meolans), especie distribuida por Pirineos y Cordilleras Cantábrica y Central. En el resto de Europa solo se la puede encontrar en los Alpes y en los Apeninos italinos.
Y por último con la Montañesa ojitos (Erebia epiphron), que en la Península está presente en Pirineos y escasos enclaves de la Cordillera Cantábrica. Su distribución es europea mostrando un patrón discontinuo y excaso a lo largo de distintos sistemas montañosos del centro y del sur del continente.
Además encontramos otras especies como la Pedregosa (Lasiommata maera), la Castaño morena (Coenonympha glycerion) y la Mancha leonada (Coenonympha arcania), que aunque menos interesantes, en cambio muestran un bonito colorido.
Todas son especies paleárticas, que vuelan desde finales de primavera hasta mediados del verano, la primera como su nombre indica en zonas con abundantes rocas, y las otras dos en prados con cierto grado de humedad.
3 comentarios:
Muy interesante Juanma,
un saludo desde el estrecho,
Javi
Un placer disfrutar entradas como esta. Ahora que me estoy enganchando a las mariposas, me tientas con flores de montaña.
Nos vemos mañana tempranito.
Saludos Juankar
Interesante lo de las erebias, a mi me parecian todas iguales. Te ha faltado la lagartija de turbera.
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