Entre los meses de Mayo y Octubre, pero sobre todo en Julio, cada vez que nos ha sorprendido el amanecer en nuestro "palacete" de Vallejo de Sotoscueva, la tarea de despertarnos le ha correspondido un pequeño y simpático vecino: El Chochín (Troglodytes troglodytes).
Su traqueteante y nervioso sonido (dado su tamaño parece mentira su energía sonora) hace que nos vayamos desperezando para aprovechar un nuevo día en esta bonita Merindad del norte de Burgos.
Mientras degustamos el desayuno en el jardín y entre tostada, café y sobao pasiego, su insistente reclamo hace que centremos en el nuestra atención y nos incita a abandonar momentáneamente la "pitanza" para inmortalizarlo con las diferentes posibilidades que nos ofrece la óptica.
Es una alegría compartir entorno con este pajarillo de cola corta que provocadoramente levanta. Su exibición es sobre todo constante en el periodo estival. En esta época sus hormonas están a tope para así "provocar" a su consorte y preparar el camino para que una nueva generación de Chochines (Troglodytes troglodytes) siga deleitándonos en los años venideros con su canto en los amaneceres de este paraiso de biodiversidad que es Sotoscueva.
Es la ventaja de vivir en medio de la naturaleza. No hace falta montar artificiales "hides" ó "comederos", el entorno que nos rodea favorece el acercamiento de la fauna local a nuestra morada y, con paciencia, nos brinda la posibilidad de captar buenas y naturles instantáneas.
1 comentario:
Un video que enamora, como lo pongas en casa en primavera, se te llena de chochines.
Saludos Juankar.
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