Según la monografía sobre el Águila-Azor Perdicera (Hieraaetus fasciatus) publicada por la SEO el año 2005 en la provincia de Burgos criaban en esa fecha una pareja y existían otros dos territorios regentados por individuos solitarios (hembras que habían perdido a los machos).
Sabiendo del crítico estado de esta reducida población y del grave riesgo de desaparición al que se enfrenta emprendimos viaje a un paraje de Burgos este sábado temprano un grupo de amigos: José Maria Salazar, Jacinto Prieto y el que suscribe.
José Mari, conocedor de aquellas tierras, tenía sospechas sobre la posible situación de la última pareja de Perdiceras de la provincia, así que nos presentamos en la zona a primera hora de la mañana. Después de una larga espera apareció el primer ejemplar volando junto a un grupo de Buitres Leonados. Le perdimos de vista casi al mismo tiempo de localizarlo, pero cuando se dejó ver de nuevo, voló hasta un árbol de gran porte y se posó en una de sus ramas laterales durante bastantes minutos. Aprovechamos para hacerle unas cuantas fotos testimoniales. Para evitar molestias las observaciones se hicieron a grandes distancias, de modo que las fotos no son para ganar ningún concurso. Tras un descanso en la rama reemprendió el vuelo hasta otro árbol donde se juntó con el segundo miembro de la pareja. Durante algo más de una hora y de forma intermitente disfrutamos de sus vuelos en pareja pudiendo apreciar la diferencia de tamaño entre el macho y la hembra, siendo la segunda sensiblemente mayor.
Con una mezcla de alegría por comprobar que la pareja seguía un año más en su territorio y de tristeza por la posibilidad de haber estado disfrutando de la última pareja de Águila-Azor Perdicera de Burgos nos pusimos a disfrutar de la observación. Como no podía ser de otra manera, formando Jacinto parte de la expedición, hubo tortilla y vinito para todos.
Una vez concluida la pitanza cogimos carretera para comprobar la situación de un nido de Águila Real (Aquila chrysaetos) que José Mari tiene controlado desde hace un tiempo. El calor ya daba de lo lindo y con la reverberación las observaciones lejanas se hacían muy complicadas. Sólo pudimos ver un ave en el nido, posiblemente la hembra, que tras varias llamadas no respondidas abandonó la plataforma y no volvió en el tiempo que estuvimos a la espera.
El día fue muy prolífico en lo que a rapaces diurnas se refiere. Se veían por todas partes y de las especies habituales en la zona por estas fechas no quedó ninguna por ver: Milano Negro (Milvus migrans), el primero del año, Milano Real, Buitre Leonado, Aguilucho Pálido, Aguilucho Lagunero Occidental, Azor Común, Gavilán Común, Busardo Ratonero, Cernícalo Vulgar y Halcón peregrino. Además José Mari vio un bando de Golondrinas Comunes en vuelo a gran altura. Parece que ya está llegando las especies del Sur.
Como nota curiosa apuntar la observación de una pareja de “Correcaminos Pardillos” atascados en una vereda. En caso de duda consultar con Jacinto, creador del término.
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